Después del encuentro con 900 personalidades del mundo intelectual, cultural y científico de nuestro país, Xóchitl le llamó copiona a Claudia Sheinbaum.
Según ella, la ex jefa de gobierno capitalino y su equipo están pegados las 24 horas espiando lo que ella hace para de inmediato hacer lo mismo.
Vaya delirio de persecución.
A ocho días de la mayor fiesta democrática que tengamos memoria en nuestro país, la candidata de Fuerza y Corazón por México sigue con la misma estrategia que resultó fallida desde un principio: la descalificación.
Durante los meses de campaña, a Gálvez le ha sido más sencillo adjetivar a Sheinbaum de forma soez, usando términos como narcocandidata, candidata de las mentiras, candidata de la Santa Muerte, títere, calca del presidente, acusando que se le va a caer el país.
Para darle más fuerza a sus dichos (que nadie escuchó, por cierto) en el segundo debate optó por agredir a su ex pareja y familiares en un tono de chisme vulgar, queriendo provocar el enojo de Claudia, quien con rostro sereno olímpicamente la ignoró.
La actitud de Xóchitl en toda la campaña ha sido porril, rijosa, tal cual se comportó también en el último debate, donde atacó con más mentiras tomando como fuente el libro de una textoservidora como Anabel Hernández, además de cuestionar la religiosidad de Sheinbaum por usar una falda, bellísima, por cierto, con la imagen de la virgen de Guadalupe.
He seguido puntualmente la campaña. Además de estar atenta a las noticias de medios digitales y redes sociales reviso boletines, videos, fotografías de las candidatas y Jorge Álvarez Máynez y no ha pasado un solo día en que Xóchitl no ofenda a “la Claudia”, “la Sheinbaum”, como peyorativamente también la nombra.
Además de las frases, palabras y menciones que Gálvez ha hecho de la candidata de la izquierda, sus gestos, miradas, y actitudes corporales demuestran enojo. Xóchilt, además de los errores cometidos y los negativos que arrastran los partidos que abandera, cometió un terrible error: hizo personal la disputa por la presidencia y volcó su ira contra una mujer a quien ha visto como rival en lo femenino, no como oponente política y quiso ser “chingona”, chingando. Eso la terminó de hundir.
Cuando era muy joven mi abuela me dijo: si quieres ganar en algo, nunca veas lo que hacen los demás. Jamás envidies, porque la muina te destroza y no te dejará avanzar. Siempre alguien tendrá lo que tú no tienes, pero ignóralo, concéntrate en lo que tienes, en lo que quieres, en lo que te gusta y siempre ganarás, sobre todo tendrás paz.
Me permito recordar las palabras de esa sabia anciana que luchó sola para salir adelante en un mundo hostil, porque sigo creyendo que Gálvez desperdició una oportunidad histórica: demostrar que las mujeres mexicanas tenemos los tamaños para debatir sin ofender, que podemos sobrevivir sin agredir y que tanto en lo público como en lo privado sabemos respetar, proponer y actuar. Lástima que mi abuela murió hace 30 años. Sus consejos, de haberlos escuchado y puesto en práctica, hubieran salvado a la señora X.
Y hablando de lo público…
En el pasado mes de abril, según datos del Instituto Nacional Electoral la candidata de Fuerza y Corazón por México tuvo más menciones negativas en medios públicos (radio, televisión , medios digitales) que Claudia Sheinbaum, esto, después de monitorear 13 mil 623 horas, 17 minutos y 37 segundos de programas de medios. El ejercicio se realizó en colaboración con la Universidad Autónoma de Nuevo León y fue desacreditado por la derecha, que calificaron de “preocupante” la desventaja de Gálvez frente a Sheinbaum, acusando al INE de ser imparcial. Desde ahí comenzaron los delirios de que la democracia está en peligro.
¿Sheinbaum le tendría que copiar algo a Gálvez ? Para nada. Quizá a Xóchitl le convendría copiarle mucho a Claudia, quien en pocos días será la primera presidenta de nuestro país.