Cada vez cobran más sentido frases como “Qué difícil ser de la Cuarta Transformacióny, “Qué difícil ser chairo”. Pero más allá de ser pronunciadas por voces “neoliberales” o de “adversarios”, como sería la lógica amloísta, es de advertir que verdaderamente debe ser muy complicado respaldar en todo al actual gobierno bajo la égida de Andrés Manuel López Obrador, que también ya se ha dicho, “como dice una cosa dice otra”. Y no hay que escudriñar más allá de los últimos días para constatar la incongruencia de lo que se afirma, solo basta revisar temas como la militarización, y ahora las posturas encontradas para, catapultar por un lado a Julián Assange en calidad de héroe al grado de entregarle las llaves de la Ciudad de México, y al mismo tiempo ‘crucificar’ a la periodista Peniley Ramírez, por publicar el informe sin censura del caso Ayotzinapa que le fue filtrado desde la Fiscalía General de la República.

Hay que recordar que Julián Assange, fundador de Wikileaks, está detenido en la prisión de alta seguridad de Belmarsh, en el Reino Unido, por una petición de extradición que presentó EEUU, por publicar documentos a los que tuvo acceso. Está acusado de divulgar documentos secretos, que entre otras cosas informaban de posibles crímenes de guerra que cometió el ejército de EEUU.

Lo que hizo Assange es el trabajo habitual de los periodistas de investigación y no debería castigarse. La persecución de Julian Assange es un ataque a la libertad de expresión pero podrían condenarlo a hasta 175 años de cárcel.

En tanto, el pasado sábado 24 de septiembre, la periodista Peniley Ramírez, subió a su cuenta de Twitter y posteriormente publicó columnas en los diarios para los que labora, información relacionada con la desaparición de los 43 estudiantes de la Normal de Ayotzinapa, pero no se trató de cualquier información sino de una copia del informe que el pasado 18 de agosto entregó el Subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración de la Secretaría de Gobernación (Segob), Alejandro Encinas, y que a ella le fue filtrado, según detalla en una de sus entregas periodísticas:

“Obtuve una copia de ese informe, sin testar. Contiene el relato y las citas que escribí en los primeros párrafos de esta columna. Decidí escribirlo con la misma crudeza como aparece en el documento, con los criminales hablando de los estudiantes como si fueran animales. No lo logré. Los mensajes muestran la deshumanización y violencia de algunos sectores de la sociedad mexicana, que deberían obligarnos a reflexionar acerca de lo que hemos hecho mal como país.

El informe dice que la verdad histórica fue una construcción, un invento político. Dice que esa verdad impidió que se investigaran otros hechos que estuvieron siempre en las comunicaciones de los participantes de las horas aberrantes de aquel septiembre.

Durante años, la prensa y los activistas se enfocaron en demostrar que los jóvenes no pudieron ser quemados en el basurero de Cocula. Este informe abre una nueva serie de líneas de investigación, sugiere nuevos sitios dónde buscar los restos.

La Comisión cree que Ayotzinapa fue un crimen de Estado. No señala a los militares y funcionarios federales solo por haber sido omisos en proteger a los jóvenes, aunque los vigilaban desde que salieron de la normal de Ayotzinapa. Pide que se investigue si participaron en el homicidio, el ocultamiento y el traslado posterior de sus restos al campo militar, días, semanas y meses después de los asesinatos.

La defensa de Zerón me dijo que su cliente nunca habló con Abarca antes de su arresto, no negoció con él, ni le ofreció nada. La defensa de Rodríguez ha dicho que es inocente. La fuente que me compartió el documento me dijo que lo hace porque considera que es vital que se investiguen estas nuevas pistas.

Si se investiga esta nueva cronología, quizá descubramos que Ayotzinapa es un caso del que hemos leído mucho, pero del que no sabíamos casi nada”.

Peniley Ramírez

Luego de dar a conocer su trabajo de investigación realizado con base en la información que le fue filtrada, Peniley ha sido objeto de ataques y amenazas en redes sociales, pero también provocó una reacción furibunda de Alejandro Encinas, quien condenó la filtración del informe de Presidencia sobre el caso Ayotzinapa,

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El funcionario lamentó la publicación de la información entregada a la Fiscalía General de la República (FGR) por la Comisión para la Verdad y el Acceso a la Justicia del Caso Ayotzinapa.

Encinas calificó como un hecho “absolutamente irresponsable y una falta de respeto” a las madres y padres de los estudiantes desaparecidos.

“Condeno la lamentable filtración de la información entregada a la FGR por la Comisión de Ayotzinapa. Es absolutamente irresponsable y una falta de respeto a los padres y madres de los estudiantes desaparecidos”, escribió Encinas, quien finalizó su condena pidiendo una investigación a la FGR, para identificar y castigar a quien resulte responsable de la filtración.

Por su parte, el presidente López Obrador, consideró que en el tema hay una “actitud de zopilotes”.

“Yo creo que lo hicieron de mala fe. Pero en mi opinión, no se deben ocultar las cosas. (...) (La verdad) sí es muy dolorosa. Lo demás es una actitud de zopilotes, pero si se conoce la verdad, no hay problema”.

Andrés Manuel López Obrador

En tanto, integrantes y simpatizantes del gobierno federal se lanzaron contra Ramírez, por haber publicado datos reservados por las autoridades en medio de una investigación judicial.

Entre las enérgicas reacciones, destacó la del polémico Epigmenio Ibarra, quien tuvo el descaro de exigir se proceda penalmente contra quien haya filtrado la información, en este caso Peniley Ramírez. Tal acusación no cayó bien entre usuarios de redes sociales, quienes se lanzaron contra él.

El pasado miércoles 14 de septiembre, la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, entregó las llaves de la ciudad a familiares del periodista australiano Julian Assange, a quien las autoridades estadounidenses buscan juzgar por las graves revelaciones de su portal Wikileaks.

“Es un honor darle las llaves de la ciudad. Es un acto simbólico de lo que representa la Ciudad de México: la libertad de expresión”, dijo en el evento la mandataria capitalina.

La jefa de Gobierno afirmó que la capital mexicana es “progresista” y siempre ha defendido grandes libertades, “y eso es lo que representa Julian Assange: la verdad, la libertad de expresión y nunca en ningún lugar del mundo debe ser perseguido”, aseveró.

La pregunta es, ¿Para cuándo le entrega las llaves de la Ciudad a Peniley Ramírez?

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