Alejandro Marcovich -de 63 años de edad- es mejor conocido por ser el guitarrista de Caifanes, quien además ya ha sido acusado por violencia familiar pública y legalmente.
Lo que se sabe del músico es que fue diagnosticado con cáncer de próstata en abril de 2022 y que desde entonces ha estado en tratamientos por su enfermedad.
Pero esto no es todo lo que ha pasado con el guitarrista de Caifanes, pues Alejandro Marcovich fue expuesto por la periodista Lydia Cacho.
Quien reveló a detalle las situaciones de violencias con las que sometió a su familia durante años.
Alejandro Marcovich es acusado por Lydia Cacho de violentar a su familia
Lydia Cacho publicó una columna titulada “Crueldad y fama” en el portal Opinión 51.
En la cual expone y denuncia los actos de violencia que Alejandro Marcovich perpetró en contra de su familia.
Por lo que revela la periodista, fue la familia del músico (esposa e hijos) quienes le permitieron escribir la columna y leer el expediente judicial.
En el cual se narran los arranques violentos de Alejandro Marcovich.
Al parecer, el músico sometió a su familia a diversos tipos de violencia durante años, pero que por mucho tiempo su esposa Gaby no procedió legalmente.
Esto porque amigos del músico solían decirle cosas como “le vas a arruinar la carrera”. Pero harta del maltrato, fue en 2014 que empezó la batalla legal para protegerse a ella y a sus hijos.
Alejandro Marcovich, acusado de violentar a su familia y protegerse detrás de su fama como músico
Otro de los señalamientos que hace Lydia Cacho en su columna, es el hecho de que, pese a ser denunciado formalmente, Alejandro Marcovich se ha visto lejos de la justicia.
Esto porque al parecer el músico se escuda detrás de su fama, ya que después de años de pruebas y denuncias por parte de su esposa la única afectada a sido ella y sus hijos.
Pues, de acuerdo con Lydia Cacho, Alejandro Marcovich incitaba a sus fanáticos vía Twitter para que atacaran a su familia.
También se suma el hecho de que ha utilizado sus influencias y realizado actos de corrupción con tal de no ser alcanzado por la justicia.
Ya que, incluso, logró quitarle a su esposa propiedades que le pertenecían a ella.
Y esto es solo la punta del iceberg, pues en la columna de Lydia Cacho también exponen el acoso sexual por parte de Alejandro Marcovich a una menor de edad.
Así como la xenofobia que Alejandro Marcovich externa de las enfermeras mexicanas que lo atienden durante sus tratamientos de cáncer de próstata.