La Alianza del Pacífico nació como una iniciativa económica y de desarrollo entre cuatro naciones de América Latina: Chile, Colombia, México y Perú. A la fecha es el mecanismo de articulación política, económica, de cooperación e integración que busca espacios para impulsar el crecimiento y competitividad de las cuatro economías que la integran a través de la libre circulación de bienes, servicios, capitales y personas.

Un eje para hacer negocios

Uno de los mercados objetivo para fortalecer la Alianza es el que se extiende en el litoral asiático del Pacífico, considerado una de las regiones fundamentales de la economía global.

Con datos del FMI del 2021 los cuatro países que componen la Alianza constituyen la octava economía del mundo y la sexta potencia exportadora a nivel mundial; en América Latina y el Caribe, el bloque representa el 42.9% del PIB y atrae el 45% de los flujos de inversión extranjera directa.

La importancia del bloque trasciende el ámbito latinoamericano, por ello el presidente de Estados Unidos, Joe Biden invitó a la cumbre de representantes de países de Asia y el Pacífico que se llevará a cabo en la ciudad de San Francisco los días 14 y 15 de noviembre a los países miembros de la Alianza del Pacífico.

Para México no es prioridad

Lamentablemente, el presidente hace de lado el interés del pueblo de México y se contradice, al principio de su administración hablaba sobre la libre determinación de los pueblos y la no intervención en asuntos de política interna de otras naciones, sin embargo, se ha dedicado en todo momento a favorecer al bloque de sus aliados como Venezuela, Cuba, Nicaragua y Bolivia, y a cuestionar aquellos gobiernos que no están alineados a él.

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En este sentido, privilegiando sus intereses políticos personales sobre lo que más le conviene a la nación., en todo momento ha torpedeado e incumplido acuerdos comerciales como el T-MEC, la Alianza del Pacífico o el Tratado con la Unión Europea, para imponer criterios de ideologías trasnochadas como seguir apoyando a Cuba con petróleo regalado, comerciar con las vacunas rusas y cubanas contra el Covid que no están avaladas y certificadas por la OMS; o entrometerse en situaciones de política interna en Bolivia o Perú e incluso Estados Unidos para apoyar directa y comprometedoramente a Donald Trump.

Esa es la razón por la que AMLO se ha encargado de tratar de romper con las alianzas comerciales y económicas exponiendo a diversos sectores dinámicos de la economía mexicana, como el energético, alimentos o telecomunicaciones, a juicios y arbitrajes internacionales que han impedido el desarrollo económico con el aprovechamiento de las ventajas que México tiene en lo comercial y productivo.

El primer gran golpe que AMLO le dio a la Alianza del Pacífico fue cuando México terminó su periodo en la presidencia del organismo y AMLO se negó a entregarla a Perú en enero pasado, argumentando: “No quiero entregar a un gobierno que considero espurio. No quiero legitimar un golpe de estado”.

La presidenta de Perú, entonces le respondió: “Por seguir apoyando al expresidente Pedro Castillo no nos quiere entregar la presidencia pro tempore de la Alianza del Pacífico”.

Esto llevó prácticamente a romper relaciones con el país andino y que el presidente de Chile, Gabriel Boric interviniera como puente para recibir temporalmente la presidencia de la Alianza del Pacífico y trasladársela a Perú.

Luego vino la invitación de Biden para participar en la reunión de noviembre en San Francisco a la que AMLO declinó argumentando en su conferencia del 21 de septiembre, que “no tenemos relación con el Gobierno de Perú”.

No podemos excluirnos del contexto internacional

Tristemente, con la guerra entre Rusia y Ucrania y ahora con los ataques del grupo terrorista Hamás a Israel, el contexto internacional y las alianzas representan mucho para la estabilidad de una nación y no se puede estar jugando o coqueteando con potencias contrarias a México y Estados Unidos.

Apenas el cuatro de octubre una delegación del gobierno de Estados Unidos encabezados por el secretario de Estado, Antony Blinken, quien vino acompañado del secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas; el fiscal general, Merrick Garland; la asesora de Seguridad de la Casa Blanca, Liz Sherwood-Randall; el encargado del Departamento de Estado para América Latina, Brian Nichols, así como el jefe antinarcóticos del mismo departamento, Todd Robinson viajaron a México para entrevistarse con el presidente López Obrador.

Después de la visita AMLO recapacitó sobre su participación en la cumbre y anunció que asistirá, detalló: “Es que tenía dos opciones: para el 2, 3, 4 en Washington y San Francisco. Opté por San Francisco porque es una reunión que nos importa mucho por la relación económica-comercial, es la reunión del Pacífico y Asia, y vamos a participar”.

Finalmente, lo importante es que el presidente recapacitó y asistirá, esperemos sea por el bien de México.

X: @diaz_manuel