Para no perder la costumbre, después de una larga diatriba sobre el lugar de popularidad que ocupa el actual mandatario del país, y sin decir ¡agua va!, en la Conferencia mañanera celebrada este día lunes, Andrés Manuel habló de las líneas aéreas, y esto fue lo que dijo:

“Vamos a buscar la forma de llegar a un entendimiento con las líneas aéreas, hay varias opciones, una que nos ayuden para que no se sature el actual aeropuerto, teniendo espacios en el aeropuerto Felipe Ángeles, porque también es una especie de resistencia, aunque digan que no”.

Aquí voy a interrumpir al presidente, pues su planteamiento, de origen, es incorrecto. Reducir o centrar la aviación nacional en solamente el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) es un grave error; no es el único aeropuerto del país que sufre saturación: el de Cancún y Los Cabos son dos terminales aéreas que en temporadas alta colapsan sus servicios; ambos son manejados por particulares y no por el Estado, porque son terminales concesionadas.

Pareciera que Andrés Manuel no termina de ver el bosque completo y solo está viendo un árbol. Lo que él asume como “negativa” a trasladar operaciones al AIFA, es derivado de un factor; la degradación a la Categoría 2, que es el impedimento para abrir nuevas rutas, desde y hacia los Estados Unidos; ese es el gran freno que tiene toda nuestra aviación, porque la restricción no es solo para los vuelos del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), sino de todas las terminales aéreas del país. Lo digo con visceralidad: qué maldito afán de centralizar todas las operaciones.

Lo que sí urge es un reordenamiento de rutas y slots, como las que están “bailando” de Mexicana de Aviación, y las que eran de AeroCalifornia, compradas después por Interjet. Pero sigamos con lo dicho por el Presidente:

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“Lo otro, es que es muy probable la creación de la línea aérea que va a manejar la Secretaría de la Defensa, como una empresa que va a tener a su cargo los aeropuertos de, algunos aeropuertos, el aeropuerto Felipe Ángeles, el aeropuerto nuevo de Tulum, el aeropuerto de Chetumal, el aeropuerto de Campeche, el aeropuerto de Palenque y otros aeropuertos, el Tren Maya y la línea aérea. Ya tenemos el avalúo para que se le haga un planteamiento a los trabajadores de Mexicana, para que se les compre el emblema, la marca “Mexicana de Aviación”; ya se tiene el avalúo, me lo entregaron el fin de semana, no lo he podido revisar, pero aprovecho porque esto sirve también para tomar acuerdos, para que la Secretaria del Trabajo ya está viendo este asunto, Luisa María Alcalde, empiece ya a ver si aceptan lo del avalúo y lo más pronto posible llegamos al acuerdo. Víctor Martínez tiene el avalúo, que lo vean, que hablen con los directivos de los trabajadores, los que están representando a los trabajadores y si aceptan antes de que termine el mes.”

Hago otra interrupción al discurso, estamos en diciembre, a pocos días de celebrar la navidad, ¿acaso tiene idea que en mi sindicato ni siquiera están yendo a trabajar? Me refiero a la Asociación Sindical de Sobrecargos de Aviación (ASSA); los representantes electos, entre ellos la nueva Secretaria General se encuentran volando y la representación saliente no ha convocado ni siquiera a una junta informativa sobre este caso de la venta de la marca; la información que tenemos los trabajadores respecto a este tema nos ha llegado por los medios de comunicación, o como en este caso, por boca del propio Presidente de la República.

Yo sé que Andrés Manuel es un hombre que no para de trabajar, aunque esto lo coloque como una persona indolente en cuanto a respetar la Ley Federal del Trabajo. Bajo la falsa premisa de que más horas trabajadas significan más productividad, su afán de trabajar casi las 24 horas del día se vuelve malsana y enfermiza; alguien debería decirle que pone un muy mal ejemplo. De por sí las empresas aman abusar de los trabajadores con largas jornadas, y él insiste en trabajar todo el día. La realidad es que no es, ni debe ser así.

Estas últimas semanas de diciembre son fechas muertas, laboralmente hablando, pues la gente está entretenida en planes para pasar las fiestas; es un grave error querer finiquitar la venta de la marca antes de terminar el año. Quiero verlo como un error o un mal cálculo, que apresure esta venta en estas dos semanas que le quedan al 2022. Porque si no es un error, entonces es algo planeado así perversamente. Varios compañeros y yo mandamos una carta al sindicato de Sobrecargos (ASSA) fechada el 17 de noviembre del presente año:

“…Así mismo solicito sea bajada de vuelo de forma inmediata la compañera Ada Salazar Loza con la intención de que ella también acuda a esas mismas reuniones en su calidad de “Secretaria Electa”, derivado de la importancia del caso y a lo prioritario del tema en la agenda política nacional.

También les pido envíen un informe detallado de que se ha negociado con el Gobierno Federal en torno a la venta de la marca y otros bienes de la Compañía Mexicana de Aviación. Y que a la brevedad convoquen a asamblea “híbrida” para poder estar todos los agremiados a la ASSA prestando nuestros servicios tanto en Compañía Mexicana de Aviación, activos y jubilados, como las compañeras de Aerovías Caribe (Click) al tanto de la información que se han manejado en las reuniones con las diversas Secretarías de Estado…”

Sepan ustedes, amables lectores, que hasta la fecha seguimos sin recibir respuesta alguna por parte del Secretario General saliente Ricardo Del Valle, incluso, ni siquiera se han manifestado en cuanto al tema del cabotaje. Es como si ASSA no existiera, o peor aún, como si los agremiados no existiéramos para ASSA.

Siguiendo con lo dicho por Andrés Manuel en la mañanera del lunes:

“Les entregamos su dinero y ya tendríamos el emblema, la marca y para el año próximo ya estaría operando, se está viendo ya con Boeing, porque se van a alquilar aviones, ya se está trabajando en eso, esa es una posibilidad”

Con lo que respecta a la venta de la marca Mexicana de Aviación y su avalúo, esto fue todo lo que dijo el primer mandatario al respecto. Por supuesto que yo no me opongo ni estoy en contra de la venta de la marca, si es para subir el pago de las liquidaciones de las que seguimos esperando los compañeros desde hace 12 años, por mí parte está bien. No la más justa, pero es una manera de resolver el entuerto.

Aquí lo que me llama la atención es la mezcla o confusión de temas, sin sentido; aunque se crea que se habla de lo mismo, se están revolviendo peras con manzanas. Una cosa es el funcionamiento del AIFA, que va creciendo bien y a buen ritmo, con seguridad y de manera ordenada, pero parece que a Andrés Manuel no le sirve así, sigue buscando por todos los medios que sea “el mejor aeropuerto del mundo”, y perdón, es una buena terminal y solo para cierto tipo de aviación, ¿y funciona? claro que sí, pero desconozco con quién es la pelea para demostrar su punto.

¿Quién le miente tan descaradamente al Presidente? El problema en el que estamos, y la razón por la cual no se pueden tener más operaciones, se llama degradación a Categoría 2, y la urgencia por regresar a la Categoría 1. Su afán por “abrir los cielos”, lo está convirtiendo en lo que juró combatir: ser un Presidente entreguista, pues aunque no lo haga en este preciso momento, está dejando abierta la puerta para darle la operación de los cielos a la aviación extranjera.

Si pretende usar la marca de Mexicana de Aviación en su línea aérea, va a nacer muerta, como la llamada Interjet 2.0 de Carlos Del Valle. No perdamos de vista los puntos importantes: ya se cuenta con un avalúo actualizado, Luisa Alcalde debe informar de esto a los sindicatos. A su vez los representantes sindicales deben informar a sus bases de trabajadores sobre el tema del avalúo y la probable venta de la marca.

Si el calendario no miente, todo debe suceder dentro de los 10 días que le quedan al 2022, para que puedan dar el dinero antes de que termine el mes; se antoja más que imposible. Por lo menos en mi sindicato, no han dicho “esta boca es mía”.