Estamos viviendo transformaciones que ponen los pelos de punta. En casi cien países se han celebrado o se llevarán a cabo elecciones, unas más importantes que otras, pero que se inscriben en el proceso de cambio a nivel global y según los últimos datos del Banco Mundial, estos territorios concentran la mitad de la población mundial, aproximadamente cuatro mil millones de personas.
En Estados Unidos, México, Panamá, Uruguay, Nicaragua, Rusia, Ucrania, Rumanía, Finlandia, Eslovaquia, Siria, Jordania, Pakistán, India, Irán, Camboya, Indonesia, las dos Coreas y en 16 países del continente africano habrá elecciones presidenciales.
En toda Europa occidental, España, Portugal, Francia, Alemania, Italia, Polonia, República Checa, Suecia, Estonia, Hungría, Grecia, Bulgaria, Irlanda y Reino Unido, elecciones de parlamento.
Cambios vertiginosos
En la mayoría de los países donde ya se celebraron elecciones presidenciales el populismo y los extremistas ganaron, como los casos de Rusia, Nicaragua, Siria, India y falta la que más expectativas levanta, Estados Unidos, que se llevará a cabo en noviembre, porque de ganar Donald Trump, se consolidarán los gobiernos populistas de ultraderecha y se agudizará la polarización internacional.
En los países europeos donde ya se realizaron elecciones para renovar al Parlamento Europeo, Francia, Italia, Polonia y Alemania, entre otros., predominó el ascenso de los ultraderechistas y de los populistas.
Tras la contundente victoria del partido de su rival Marine Le Pen en las elecciones al Parlamento Europeo, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, convocó elecciones parlamentarias anticipadas para finales de este mes. La fuerza de extrema derecha de Le Pen Agrupación Nacional alcanzó el 31.4% de los votos, mientras Renacimiento, la coalición liberal de Macron, se quedó en un 14.6% y los socialdemócratas en el 13.8%.
En Italia, el partido de extrema derecha de la primera ministra Giorgia Meloni ganó las elecciones europeas con 28% de los votos, impulsando su liderazgo y consolidando su papel decisivo en Europa.
En el continente americano y asiático, las cosas se encaminan en el mismo sentido, ya en México se consolidó el discurso de AMLO, quien se encuentra entre los mandatarios más conservadores y populistas, y Estados Unidos se encamina para allá, al igual que Argentina, Nicaragua, Venezuela, Bolivia, Paraguay, entre otros.
El escenario político internacional
El mundo parece como si atravesara por un periodo entre guerras, un proceso de transición brutal, tanto en avances tecnológicos, innovación, movilidad y energía, como en la imposición de gobiernos fascistas, extremistas, que surgieron a partir de la revolución rusa y el ascenso de Lenin y de personajes como Hitler, Mussolini y Francisco Franco o mentes brillantes como Franklin D. Roosevelt, Charles de Gaulle y Winston Churchill.
En esas épocas el carbón que se usaba como fuente primaria de energía, fue reemplazado por el petróleo; la tecnología trajo cambios vertiginosos en movilidad, al pasar de las carretas y los caballos de principios de siglo, a los automóviles, a los aviones; el mundo se achicó con el desarrollo de las telecomunicaciones y en lo político se presentó la corriente de los fascistas y su pensamiento de superioridad étnica, contra corrientes democráticas que impulsaban los derechos humanos e igualdad entre los seres humanos. Condiciones que al final desataron la guerra.
México
Con el general Lázaro Cárdenas como presidente, México jugó un papel determinante gracias a que supo por un lado, sacudirse al caudillo de la Revolución para institucionalizar la república y generar condiciones de desarrollo político, económico y, en lo internacional, supo ser aliado de los Estados Unidos, lo que permitió que México iniciara su proceso de industrialización y pasar de lo rural a lo urbano.
En estos días en México y el mundo la situación es muy similar a las décadas de los treintas y cuarentas, sin embargo, los líderes que predominan son más bien parecidos a Hitler y los extremistas predominan.
En México AMLO desesperadamente busca la aprobación de su reforma judicial, con la cual consolidaría un régimen autoritario y extremista, muy alineado a las peores mentes y corrientes políticas.
Claudia Sheinbaum
La presidenta electa tiene que actuar con celeridad y fijar una posición antes de que nuestro país se convierta en zona de guerra, o sirva como trampolín para los enemigos propios y los de Estados Unidos.
Claudia tiene todo para cerrar el paso a la ultraderecha, a los fascistas y a extremistas como su jefe actual. Tendrá que tomar grandes decisiones, para evitar que México colapse.
X: @diaz_manuel