La próxima presidenta de México, Claudia Sheinbaum, se reunió ayer martes con un grupo de mujeres para trabajar por una agenda feminista, por la igualdad sustantiva y para consolidar los derechos salariales, educativos, sexuales y reproductivos de todas nosotras.
Una reunión necesaria, pues sin duda una mujer, que es madre, hija, esposa, profesionista y todo lo que somos cada una de nosotras, nos entiende mejor que nadie y por lo tanto, su compromiso es mayor.
“Por primera vez, después de 200 años de la República, llegamos a la Presidencia, y digo en plural llegamos, porque como siempre he dicho: ‘no llego sola, llegamos todas’ (...) el pueblo de México dijo: ‘es tiempo de mujeres y es tiempo de Transformación’”, dijo Sheinbaum visiblemente emocionada.
La cita fue en el Claustro de Sor Juana, lugar emblemático, donde dio vida a su obra la gran poetisa y dramaturga Juana Inés de Asbaje Ramírez de Santillana, ícono del feminismo, que aunque no fue comprendida en su época, puso muy en alto a la mujer mexicana.
Entre las asistentes estuvieron la ministra en retiro Olga Sánchez Cordero, la escritora Elena Poniatowska, la líder de izquierda Ifigenia Martínez, la próxima secretaria de ciencia, humanidades, tecnología e innovación, Rosaura Ruiz y la futura titular de la Consejería Jurídica de la Presidencia, Ernestina Godoy.
Claudia señaló que el neoliberalismo quedó atrás y que la transformación es feminista, por lo que su trabajo comenzará con las mujeres más vulnerables del país. Por ello, habló de implementar un Sistema Nacional de Cuidados que permita que la atención y cuidados de niños, niñas, adultos mayores, enfermos y personas con discapacidad sean atendidos por instancias gubernamentales como el DIF de tal forma que las mujeres puedan desarrollarse laboral, académica y profesionalmente, sin quedarse en casa dedicadas solo a la atención de la familia, cuya tarea, noble y sin duda hermosa, siempre ha sido invisible y menospreciada.
Implementar un Sistema Nacional de Cuidados es una tarea titánica, multidisciplinaria y compleja, que requerirá de todos y todas para llegar a buen término. A la par de este sistema sería conveniente que las licencias de paternidad sean más amplias. Este año se aprobó que dichos permisos otorgados a los padres de recién nacidos sea de 20 días, periodo durante el cual el hombre puede permanecer en casa al lado de su esposa y el nuevo miembro de la familia, a lo que muchos patrones han puesto el grito en el cielo alegando que no pueden faltar al empleo tanto tiempo. Un dato más: ¿qué ocurre en el caso en que un menor padezca alguna enfermedad discapacitante o que requiera de mayor atención? El permiso por paternidad, en casos extremos, deberá extenderse más o disminuir las horas laborales de ambos padres, a modo de que se turnen en el cuidado del pequeñito o pequeñita enfermo.
Sheinbaum, al asumir la presidencia, dijo que comenzará por implementar el Sistema Nacional de Cuidados entre las mujeres más pobres, las indígenas, las afroamericanas, las que trabajan en el campo, las que laboran en las maquiladoras, lo cual habla de su humanismo y preocupación por las que menos tienen para que gocemos de una sociedad más justa. La propuesta, sin duda, es extraordinaria. En ese sentido, espero en forma muy especial, que existan lugares de cuidado para madres que trabajan de noche, que son suficientes para empezar a planear la construcción de estancias infantiles nocturnas, casi ausentes en nuestro país.
El encuentro con mujeres que tuvo ayer martes la virtual presidenta electa debe sentar las bases para una verdadera revolución social. Al lado de Claudia deben estar las más preparadas, pero también las más sensibles y conscientes de que hoy nos toca a nosotras construir un mejor país.
Sheinbaum no llega sola, es verdad, llegamos todas. Y si no llegamos a trabajar hombro con hombro por defender nuestros derechos y darle una mejor vida a nuestras familias, no hemos entendido nada.
Es tiempo de mujeres, pero también de retos. Estamos en el principio del fin de una sociedad machista, discriminatoria y cruel. Ya era hora.