Peter Ferdinand Drucker fue un prestigiado consultor y profesor de negocios, filósofo de la administración y la gestión de empresas del siglo XX. Escribió más de 30 libros. Tenía profundos conocimientos sobre la creación y destrucción de valor. Su pensamiento sobre estos conceptos están integrados en su extenso trabajo sobre innovación y eficacia organizacional.
Drucker enfatizó la importancia de comprender y satisfacer las necesidades de los clientes. Creía que las empresas existen para servir a los clientes, y que el verdadero valor se crea cuando las organizaciones cumplen o superan las expectativas de los clientes. Estudió la innovación continua y el espíritu emprendedor. Creía que las organizaciones deberían ser proactivas en la búsqueda de nuevas oportunidades y adaptarse a los cambios del entorno externo.
Destacó la importancia del conocimiento. Crear valor es aprovechar el capital intelectual y fomentar una cultura de aprendizaje. Sostuvo que los gerentes eficaces se centran en los resultados. Se crea valor cuando las organizaciones logran resultados significativos que contribuyen a su misión y objetivos. Drucker decía que las empresas tienen la responsabilidad de contribuir a la sociedad. Crear valor no se trata sólo del éxito económico sino también de ser socialmente responsable.
Abogó por un equilibrio entre los objetivos económicos y sociales. Advirtió contra los peligros de la complacencia y la falta de adaptación a las circunstancias cambiantes. Las organizaciones que se resisten al cambio e ignoran las tendencias externas corren el riesgo de sufrir destrucción de valor. El uso ineficiente de los recursos y las malas prácticas de gestión destruyen valor. Drucker enfatizó la necesidad de una gestión eficaz, responsable, para garantizar que los recursos se utilicen de manera óptima.
El cortoplacismo es un gran riesgo. Drucker advirtió contra un enfoque miope en las ganancias a corto plazo a expensas de la sostenibilidad a largo plazo. Destacó la importancia del comportamiento ético en los negocios. La deshonestidad, el fraude o el desprecio por los valores sociales provocan daños a la reputación y destruyen valor.
Todas estas lecciones pueden aplicarse también al gobierno. La creación de valor puede ser la base del éxito gubernamental. ¿Cómo se puede crear valor desde el gobierno?
- Racionalizar y optimizar los servicios públicos para hacerlos más eficientes y accesibles. Esto incluye mejorar los procesos, reducir los obstáculos burocráticos y aprovechar la tecnología para brindar servicios más rápidos y eficaces a los ciudadanos.
- Establecer procesos transparentes y responsabilizar a los funcionarios públicos por sus acciones. La apertura en la toma de decisiones, la transparencia presupuestaria y las líneas claras de responsabilidad ayudan a generar confianza pública y garantizar que los recursos se utilicen de manera efectiva.
- Adoptar nuevas ideas, tecnologías y enfoques permite a los gobiernos encontrar soluciones creativas a problemas complejos. Los gobiernos que priorizan la innovación en el diseño y la implementación de políticas pueden crear valor al abordar los desafíos sociales de manera más efectiva.
- Desarrollar y mantener una infraestructura sólida, incluidos el transporte, las comunicaciones y los servicios públicos, contribuye al crecimiento económico y mejora la calidad de vida de los ciudadanos. Los proyectos de infraestructura bien planificados pueden estimular la actividad económica y crear valor a largo plazo para las comunidades.
- Invertir en educación y programas de desarrollo de habilidades contribuye a la creación de una fuerza laboral calificada. Una población bien educada está mejor equipada para participar en la economía, fomentando la innovación, el espíritu empresarial y el progreso social.
- Diseñar programas eficaces para combatir la pobreza, la desigualdad y mejorar el nivel de vida de las poblaciones vulnerables. Programas como la atención a la salud, el apoyo a la vivienda y las prestaciones por desempleo contribuyen al bienestar general de los ciudadanos.
- Dar prioridad a las prácticas de desarrollo sostenible y la conservación del medio ambiente contribuye a la creación de valor a largo plazo. Las políticas que promueven la energía limpia, la reducción de desechos y los esfuerzos de conservación garantizan un medio ambiente más saludable para las generaciones actuales y futuras.
- Apoyar un entorno empresarial propicio y fomentar el espíritu emprendedor atraen inversiones que pueden estimular el crecimiento económico. Una economía próspera crea empleos, aumenta los ingresos fiscales y mejora la prosperidad general de la nación.
- Priorizar el gasto en función de las necesidades de la población y evitar gastos innecesarios. Una gestión financiera transparente y responsable, incluida una elaboración presupuestaria eficaz, ayuda a garantizar que los fondos públicos se asignen de manera eficiente.
- Involucrar a los ciudadanos en los procesos de toma de decisiones y fomentar la participación comunitaria fomenta un sentido de propiedad y colaboración. Las prácticas de gobernanza inclusiva empoderan a los ciudadanos, mejoran la cohesión social y contribuyen a la creación de valor que refleja las diversas necesidades de la población.
- Proporcionar servicios de salud accesibles y de calidad contribuye al bienestar general de los ciudadanos. Una población sana es más productiva, reduce la carga sobre el sistema de salud y promueve la estabilidad económica.
- Invertir en estrategias y preparación efectivas para la gestión de crisis. Las respuestas rápidas y bien coordinadas a las emergencias, ya sean desastres naturales o crisis de salud pública, demuestran el compromiso del gobierno con la seguridad y el bienestar de la población.
¿Cómo se destruye valor desde el gobierno?
- La corrupción es un importante factor de destrucción de valor en el gobierno porque erosiona la confianza y conduce a malos resultados. La malversación de fondos, el soborno, las comisiones ilícitas y otras prácticas corruptas desvían fondos públicos de sus fines previstos, socavando la eficiencia y eficacia de los programas gubernamentales.
- Las políticas mal diseñadas o implementadas pueden resultar en recursos desperdiciados e iniciativas fallidas. Cuando las políticas gubernamentales no están bien investigadas, no son transparentes o no están alineadas con las necesidades de la población, pueden generar ineficiencias económicas, disparidades sociales e impactos negativos en diversos sectores como la atención médica, la educación y la infraestructura.
- La burocracia excesiva, los trámites burocráticos y los procesos administrativos ineficientes pueden obstaculizar la prestación eficaz de servicios públicos. Los procedimientos engorrosos y los procesos lentos de toma de decisiones pueden generar demoras, mayores costos y frustración tanto entre los empleados gubernamentales como entre los ciudadanos.
- Cuando hay falta de rendición de cuentas y transparencia en el gobierno, resulta difícil identificar y abordar los problemas con prontitud. Sin mecanismos de supervisión adecuados, los funcionarios públicos pueden incurrir en malas prácticas sin temor a las consecuencias, contribuyendo a una cultura de impunidad.
- La mala gestión presupuestaria, la asignación ineficiente de recursos y los controles financieros inadecuados, pueden provocar crisis fiscales. Los déficits incontrolados, el endeudamiento excesivo y la mala gestión de los fondos públicos pueden provocar inestabilidad económica y obstaculizar la capacidad del gobierno para cumplir con sus obligaciones.
- La polarización, la inestabilidad política, los cambios frecuentes de liderazgo y el malestar social pueden alterar la gobernanza y la estabilidad económica. La incertidumbre en las políticas gubernamentales y las transiciones de liderazgo puede desalentar las inversiones, perturbar los servicios públicos y provocar crisis económicas.
- Los gobiernos deben planificar a largo plazo para abordar los desafíos emergentes y garantizar el desarrollo sostenible. El cortoplacismo puede dar como resultado una infraestructura insuficiente, servicios sociales inadecuados y una incapacidad general para satisfacer las necesidades cambiantes de la población.
- Los gobiernos que se quedan atrás en la adopción e integración de tecnologías modernas pueden tener dificultades para prestar servicios públicos eficientes y eficaces. No invertir en avances tecnológicos puede resultar en sistemas obsoletos, procesos ineficientes y oportunidades perdidas de innovación.
- Los gobiernos deben equilibrar el desarrollo económico con la sostenibilidad ambiental. Las políticas que ignoran o exacerban los problemas ambientales, como la contaminación, la deforestación y la gestión inadecuada de residuos, pueden provocar daños ecológicos a largo plazo.
- Los gobiernos que no abordan las injusticias y desigualdades sociales corren el riesgo de fomentar una sociedad divisiva. Las políticas discriminatorias o la falta de esfuerzos para promover la inclusión pueden generar malestar social, reducir la productividad económica y obstaculizar el progreso social general.
El “valor público” es el impacto positivo y los beneficios que el gobierno genera para la sociedad. Las instituciones públicas deben ir más allá de la mera prestación de servicios y considerar el bienestar general y la satisfacción del público al que sirven. “Crear valor público” debería ser un principio rector para los gobernantes cuando diseñan, implementan y evalúan políticas públicas.