El segundo piso de la 4T se dice sorprendido por las acusaciones y reacciona con indignación, basta ver el “no estás solo” a Adán Agusto en la convención de Morena; sin embargo, en México la sociedad civil lo gritó antes, en tres marchas masivas con presencia en más de cien ciudades del país.

Morena, ni ve ni oye

El partido oficialista llevó a cabo su Consejo Nacional en medio de las acusaciones a funcionarios, legisladores e integrantes de Morena.

Alfonso Durazo, gobernador de Sonora y presidente del Consejo Nacional pidió a su militancia cerrar filas para no dejar pasar lo que consideró “infundios” de la oposición difundidos en redes sociales, particularmente contra Adán Augusto.

Después, la presidenta Luisa María Alcalde confirmó, en un mea culpa, que el Consejo Nacional aprobó la creación de una comisión evaluadora de incorporaciones, a fin de evitar que se sumen al partido personajes indeseados o de dudosa reputación.

No son infundios, son hechos

Durazo se equivoca al afirmar que son rumores inducidos por la oposición. No, son acusaciones directas, que incluso Sheinbaum ya reconoció, como que la Interpol busca al ex secretario de seguridad de Adán Augusto.

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También están las investigaciones por fraude electoral a partir de testimonios de criminales como García Luna, “El Chapito” y el “Mayo” Zambada, y las investigaciones de agencias de seguridad de EE.UU., que documentan que el crimen organizado y actores externos financiaron campañas, particularmente para la presidencial de 2024.

Tan graves son las acusaciones que no pasó inadvertida la ausencia de al menos tres importantes morenistas que operaron la campaña del 2024: Andrés López Beltrán, secretario de organización de Morena; Ricardo Monreal, que previamente anuncio su retiro de la política y, sin pretexto alguno, el expresidente nacional de Morena y actual secretario de educación, Mario Delgado, señalado por temas del huachicol y por operar con esos recursos las campañas de al menos tres gobernadores, de Tamaulipas, Américo Villareal, de Sonora, Alfonso Durazo y de Sinaloa, Rubén Rocha.

Fraude y “golpe de Estado blando”

AMLO introdujo el concepto y lo terminó ejecutándolo. Un golpe de Estado, incluso en su forma suave, implica la toma del poder rompiendo el orden constitucional. No necesita tanques ni soldados, basta con el control de las instituciones clave: Congreso, Corte, INE, medios y fuerzas armadas. Y eso hizo; dijo que lo haría sin violencia, y así fue: un golpe institucional desde dentro.

Por otro lado, circula una denuncia de que el Centro Carter habría presentado un informe explicando un esquema de fraude en 2024, señalando la existencia de un sistema electoral paralelo con boletas, actas y resultados fabricados.

Según la versión, este sistema fue el que realmente determinó el resultado. Aunque el PREP colapsó en varias zonas —como en CDMX, donde se argumentó un “hackeo”, o en Yucatán, donde se activó hasta la madrugada—, el presidente adelantó resultados sin datos oficiales, como si ya conociera de antemano la tendencia. Lo hizo, como decostumbre, con “otros datos”.

El triunfo o la imposición de Claudia Sheinbaum como presidenta, con márgenes de victoria difíciles de verificar, está hoy bajo la sombra. Si se comprueba la participación del crimen organizado, la elección podría ser declarada nula y tendría que convocarse una nueva.

¿Por qué nos sorprendemos?

Todo esto fue advertido por ciudadanos, académicos y medios independientes. Pero fueron silenciados, descalificados, denostados y perseguidos por un régimen que simuló democracia para consolidar el autoritarismo.

¿Qué vendrá? ¿Se actuará contra Andrés, Adán Augusto, Mario Delgado, Monreal… Y el propio AMLO? ¿O pasaremos del golpe blando a una confrontación profunda y peligrosa?

X: @diaz_manuel