Frente a la desinformación y uso desmedido que tuvo la religión católica en esta campaña, la cual se utilizó con vileza en busca de mendigar votos, quisiera compartir algunos puntos para aclarar la reflexión:
- Los símbolos religiosos están prohibidos y no deberían de utilizarse a la ligera. Fox lo hizo con un estandarte de la Virgen de Guadalupe y lo repite Xóchitl con imágenes de ella “rezando” en la Basílica de Guadalupe y criticando que Sheinbaum la haya utilizado en una falda. El fenómeno guadalupano es bien conocido, trasciende la religión y es un elemento de significado cultural nacional. Si bien tiene un origen dentro de la violenta mercadotecnia de la conquista espiritual, ahora es una señal de lo popular. Utilizar esa imagen a favor o en contra nos hace pensar que, en efecto, hace falta mucha madre.
- Ni el INE ni los institutos electorales estatales han sancionado el uso de imágenes y referencias religiosas (por ejemplo, el candidato a la gubernatura de Jalisco por MC, Pablo Lemus, aparece en todos sus promocionales con una cruz al cuello y al respecto ni sus contendientes se han pronunciado). La inclusión del Papa Francisco debió haberse condenado, fue un acto irrespetuoso por parte de ambas candidatas a la presidencia el utilizar una autoridad moral como la del actual pontífice.
- Esto me lleva a la defensa inaudita que han hecho los jerarcas católicos a la democracia. ¿Por qué ahora sí les interesa que la gente vote? ¿Por qué una monarquía teocrática europea nos reparte panfletos invitándonos al voto y recordándonos que los programas sociales son un derecho constitucional (proclama de la oposición)?
- El fanatismo religioso de la derecha es espeluznante y cada vez más ingenioso. Desde difundir que Sheinbaum destruiría templos hasta sugerir que su judaísmo la hacía una enemiga del pueblo católico (cabe recordar que tanto la Virgen María como su hijo, Jesús, eran judíos). Xóchitl en el debate cuestiona la falta de fe de su adversaria... Mientras se reúne con pastores cristianos para decirles que Dios la inspiró a postularse a la presidencia y acepta una reunión con la comunidad judía en el marco de un genocidio cometido por el gobierno de Israel; la fotografía perfecta: Xóchitl con la bandera de Israel y del PAN detrás de ella… Los mismos colores. ¿Percibe usted lo absurdo de este tipo de falacias? El fanatismo religioso es el hermano gemelo de la ignorancia intolerante.
- No creo que a Dios le importe si lo utilizan o no, ya debe estar habituado y posiblemente se ríe con vergüenza cuando ve a Lilly Téllez levantar un rosario frente a la playera de calacas chidas; lo funesto es invocarlo en cualquiera de las expresiones religiosas para convertirlo en discurso de odio. Dios no es panista, ni priista ni morenista ni emecista; Dios, si acaso es, es amor y pensar que un grupo de conservadores, nostálgicos de un pasado violento, machista y desigual, disponen del monopolio de lo sagrado, es sacrilegio social. Dios no murió, la derecha lo volvió un meme.