CIUDAD DE MÉXICO.- Pocos se esperaban la firmeza con la que ha iniciado su gestión como presidenta de la república la doctora Claudia Sheinbaum Pardo, e incluso hubo quien llegó a pensar que sus posturas se irían diluyendo con el paso de los días.
Como testigo en primera línea de lo que ha sucedido del 1 de octubre a la fecha, puedo decir que a mi en lo personal su actitud firme y congruente con lo que pregonó durante la campaña, me ha gustado, porque es la correcta.
Incluso esa insistencia de algunos opinologos que siguen a la espera de que la presidenta marque su raya y se desligue del expresidente Andrés Manuel López Obrador, es justamente un indicador claro de que Claudia Sheinbaum arrancó con la energía suficiente y ha caminado por la línea correcta en temas como la memoria histórica y la petición de perdón a las víctimas del gobierno mexicanos en 1968, la reivindicación de las causas feministas con la introducción del concepto de igualdad sustantiva en los actos e iniciativas de gobierno y la confirmación de los 3 programas sociales que comprometió en la campaña.
Se trastada de la pensión para mujeres de 60 a 64 años, las becas para estudiantes de educación básica y el programa de salud casa por casa, los 3 de un profundo impacto social, que muy bien complementarán los programas heredados del gobierno del presidente López Obrador.
Vamos, además de eso, enfrentó la misoginia (odio a las mujeres) y el machismo que prevalece con posturas más que firmes, señalando que para ella es un orgullo ser ama de casa, mamá, abuela, comandanta suprema de las fuerzas armadas y claro está presidenta de la república.
Y claro está, la firme postura que ha reiterado en estos días respecto a la elección de jueces, magistrados y ministros del poder judicial, tema en el que ha reafirmado que se van a elegir por la vía de las urnas porque así lo mandaron los electores al votar por el ‘Plan C’ el 2 de junio pasado.
Y además lo hace con fundamentos jurídicos, y con las iniciativas para establecer las leyes secundarias que den pie a ese procedimiento, reafirmando además que esto que se hará con el Poder Judicial de la Federación, también deberá hacerse en los estados, pues las entidades están obligadas a homologar sus constituciones y a proceder con la elección de jueces y magistrados.
Encima de todo, con esa determinación con la que rechazó instar a su tomada protesta al rey de España, Felipe VI, puso de manifiesto que su postura en el plano internacional es hacer que se respete a México como la potencia que es, y se ha negado a subordinarse a un poder exterior.
México como se sabe es ahora la economía número 12 del mundo y España está en la posición 15, México hoy en día resurge como una potencia en lo cultural y en lo económico y busca asumir el lugar que le corresponde en el entorno global. La presidenta está dispuesta a hacer prevalecer esos criterios.
Ha sido un arranque con fuerza, con energía y con categoría y está claro ahora lo que nos dijo el presidente López Obrador en el ocaso de su gobierno, advirtiendo que en todo caso él era fresa y que su sucesora, actuaría con determinación para hacer valer los avances de la 4T y profundizarlos.
Claudia Sheinbaum Pardo en solo una semana ha revolucionado la política, ha establecido una narrativa de eficacia y respeto para México y aunque es evidente que esto apenas comienza, también queda claro que el acento que imprime la presidenta en su gobierno sí marca una diferencia de fondo con su antecesor, y es el hecho de que con ella no se juega.
Su seriedad y profesionalismo lo han puesto de manifiesto, y eso trae a más de 3 confundidos.
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