Sin ser alarmistas y sin la intención de ir en contra del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, no podemos ignorar que hay focos rojos encendidos en la economía nacional.

Si bien este gobierno no ha tenido la mejor suerte, ha tenido que afrontar momentos difíciles primero con la pandemia y ahora con una guerra y que ambos sucesos afectan la economía internacional, también es cierto que México es de los pocos países que se ha mantenido inamovible, sin ejercer ningún tipo de ajuste al plan económico. Es decir, a pesar de los sucesos, AMLO se mantiene firme en su plan y las consecuencias ya están a la vuelta de la esquina.

La caída de la economía y crecimiento inflacionario

El primer año de gobierno, sin pandemia ni guerra, el país registró una caída del PIB -0.2% como no se había registrado desde la crisis económica de 2009. México había sostenido un crecimiento hasta 2018, mediocre quizá, pero al fin crecimiento, de poco más del 2%.

En 2020, por el efecto de la pandemia, la caída fue de -8.3%, una de las más altas registradas, y en 2021 apenas logró un crecimiento del 5.9%, es decir, 3.2% abajo del nivel prepandemia.

En cambio, países como Perú que tuvo una caída de un -11.1%, tuvo una recuperación 13.3%; Colombia con una caída de -6.8%, se recuperó un 10.2%; Chile -5.8%, y creció 12.0%; Brasil, -4.1% y una recuperación del 5.1% y Estados Unidos -3.4%, logró un crecimiento del 5.7%

Las columnas más leídas de hoy

En otras palabras, México fue el único país que no aprovechó el famoso rebote. Mientras AMLO aseguraba que la recuperación sería en “V” y no en “L”, la realidad es que lamentablemente no tuvimos una recuperación como en la mayoría de los países que alcanzaron los niveles prepandemia.

Otro efecto negativo de la pandemia fue el tema de la inflación, México cerró 2021 con una inflación de 7.4%, arriba de otros países como Colombia que tuvo 5.2%; Costa Rica de 3.3%; Chile 6.7%; Perú 7.4%. Solo Brasil con 10.4% y Argentina, con 51.2% nos sobrepasaron.

Sin embargo, AMLO decidió no modificar su plan a pesar de los efectos negativos y así llegó la otra catástrofe para la economía mundial, la guerra. La invasión de Rusia a Ucrania que afecta a todos los mercados.

Todo cambió, menos el plan económico

Aún dando el beneficio de la duda a que el plan económico de AMLO hubiera sido bueno en un contexto de cierta normalidad, lo cierto es que todo cambió con la pandemia y la guerra, situaciones que evidentemente obligan a realizar cambios para enfrentar las nuevas condiciones y realidad económica.

Al mantener un plan, que desde el inicio fue un fracaso, tal como se vio con los resultados del 2019, México empezó a rezagarse frente al mundo y la economía doméstica sufrirá los efectos, y aunque esperamos que no, podrían ser similares a los de José López Portillo, que nunca quiso afrontar la crisis del petróleo y de la OPEP y dejo al país en la peor crisis de la historia moderna, eso sí, tenía un discurso populista y triunfalista, habría que “administrar la abundancia” decía, por los supuestos ingresos extraordinarios del petróleo.

Lo de López Portillo terminó muy mal. El líder de izquierda, Heberto Castillo, advertía en 1981 sobre la incertidumbre alrededor de la economía mexicana, siendo muy crítico de las políticas del entonces presidente López Portillo. Castillo cuestionó “¿qué puede decir el presidente, sino pedir disculpas que nadie aceptará?”.

El 17 de agosto de 1981, López Portillo salió a hablar acerca de la caída del precio del petróleo y, como hoy lo dice AMLO, mencionó que había quienes estaban “atentando” en contra de la economía mexicana, pero que él se encargaría de “defender el peso como un perro”.

Un año después, en su último Informe de Gobierno y ya con un país quebrado, pidió perdón a los pobres por la “difícil situación” y anunció la nacionalización de la banca mexicana como solución a la crisis. El populismo con todo y el llanto: “Es ahora o nunca. México no se ha acabado. ¡No nos volverán a saquear!”

Lamentablemente, ahora vemos a un AMLO igual de triunfalista, casi casi como Jolopo, defendiendo el peso “como un perro” y confiando en los altos precios del petróleo.

Todo parecido con López Portillo es mera casualidad. Pero, en su mañanera del pasado jueves, Andrés dijo:

“Pues la buena noticia es que no van a aumentar los precios de los combustibles, ni las gasolinas ni el diésel; también se va a mantener el mismo precio de la energía eléctrica. Es importante que se sepa por qué, a diferencia de otros países, nosotros podemos mantener precios bajos en los combustibles, son dos razones: Una, que producimos petróleo, no todos los países en el mundo producen petróleo. De todos los países del mundo, deben producir petróleo alrededor de 20, de más de 200. Nosotros tenemos la fortuna de tener esta materia prima”.

AMLO

Pero no se quedó ahí, aseguró que el alza del petróleo consecuencia del conflicto bélico: “nos está generando un excedente, ese excedente nos permite transferir o aplicar un subsidio para que no aumenten los precios de las gasolinas y del diésel y Lo segundo, es que ya somos más autosuficientes, porque desde que llegamos nos dedicamos a rescatar a Pemex.

Sería un grave error Interpretar los excedentes petroleros como una oportunidad para incrementar el gasto de forma discrecional, salvo, claro que el gobierno esté dispuesto a pagar el costo de una mayor inflación, que incluso podría acercarse a los dos dígitos por primera vez en veinte años.