La respuesta a la interrogante del título de la columna es claramente el testimonio que vivimos día a día. Por supuesto que no hay piso parejo; y no solamente en el impulso, sino hasta en la guerra sucia que se produce en el escenario público y mediático sí ponderamos que -hay medios de comunicación- que moderan la crítica con algunos presidenciables, mientras que con otros las elevan a rajatabla. Es decir, el criterio no es parejo, incluso nos hemos dado cuenta que, algunas plataformas, tienen un claro sesgo o favoritismo hacia una de las corcholatas preferidas de Palacio Nacional.

Un ejemplo claro fue el contenido que manejó el periódico u órgano de información de Regeneración donde publicó -en la portada principal- a la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, incluso con la imagen del propio presidente Obrador, lo que consideramos un aspecto suficientemente cargado y con fines de posicionamiento al reflexionar que, ese medio de divulgación, es para causas de lucha social del movimiento o ¿no?

En ese caso, lo dijimos en otro espacio, que el periódico Regeneración publique en la portada principal el trabajo clave que ha hecho Ricardo Monreal en el Senado de la República, así como su lucha sociopolítica que ha encauzado en más de 25 años al lado de AMLO. O incluso la del propio canciller y el Secretario de Gobierno. Por ello, llama mucho la atención la publicidad personalizada a favor de Claudia.

En relación con eso, no están haciendo valer el piso parejo que han manifestado en la carta que envió Mario Delgado. Será que, en ese sentido, están aparentando o simulando una acción que todavía no se siente ni muchos menos percibe. Hay, en este momento, solo destellos, sin embargo, la cancha sigue estando dispareja, sobre todo para Ricardo Monreal a comparación de Claudia, Marcelo y Adán Augusto.

Ahora, si vamos al terreno político es verdad que hubo un momento clave desde que el presidente Obrador decidió incluir en la lista oficial a Ricardo Monreal; no obstante, sigue siendo muy reducido ese impulso que han brindado los gobernadores a comparación de otras corcholatas. Hubo manifestaciones mínimas, sin embargo, es obvio que la cargada es a diestra y siniestra en muchas entidades del país donde gobierna Morena a favor de Claudia.

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Por ejemplo, otro de los aspectos que notamos muy evidentes es el trato con el que cuentan los aspirantes a la silla presidencial, incluso se han dado a conocer más elogios e impulsos hacía la jefa de Gobierno de la Ciudad de México.

Pese a que el presidente Obrador dio un giro a la estrategia presidencial falta mucho camino o trecho para pavimentar un equilibrio entre Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard, Adán Augusto y Ricardo Monreal. Este último, por cierto, es el único de los aspirantes que sigue navegando a contracorriente. De hecho, ante el nuevo escenario que vivimos y después de la carta que envió Mario Delgado, la cosa ha cambiado sustancialmente. El problema de ello es que, una vez más, brotó la guerra sucia y las difamaciones hacía la imagen del coordinador de los senadores de Morena con una oleada de maquinaciones desde un medio de comunicación que todos saben a quién nos referimos.

Asimismo, sigue predominando la publicidad en las calles y avenidas, especialmente con la imagen de Claudia Sheinbaum. Incluso, son aspectos que el mismo presidente Obrador ha criticado, sin embargo, no ha pasado de allí. Por cierto, esa es una situación que tiene que afrontar el propio dirigente de Morena a nivel nacional.

Mario Delgado. No es posible que, en todo el país, la sucesión presidencial adelantada siga envuelta en los anuncios personalizados que- claramente- violan las normas constitucionales al fomentar propaganda que explícitamente tiene una intención provechosa.

Por eso y por muchas cosas nos seguimos preguntando: ¿hay piso parejo? Es obvio que no. La única forma o el camino para que esta situación se empareje es realizar un pacto de civilidad, incluso con la presencia del presidente Obrador, y de los mismos gobernadores donde gobierna Morena porque, varias de esas entidades, se han convertido en maquinarias para operar brigadas de publicidad y activismo, inclusive con mismos servidores de la nación.

El único antídoto es, en este momento, mostrar civilidad y altura de miras pues -de lo contrario- el costo político puede ser muy alto. Creemos que ni Marcelo Ebrard, ni muchos menos el senador Ricardo Monreal, aceptarán una imposición desde el propio poder público salvo que la decisión sea una determinación auténtica del pueblo y bajo un criterio democrático sin simulaciones. Siendo así, y sí las condiciones cambian, la contienda está para quien demuestre más capacidad y provoque, en ese sentido, una empatía con todos los sectores de la población civil.

Será que, por esa situación, han tratado de defenestrar a Ricardo Monreal con estrategias que, a la vista de todos, son más que claras. No tengo duda de ello porque alguien qué aguantó 18 meses de segregación y guerra sucia es capaz de sobreponerse a cualquier adversidad y posicionarse rápidamente en el ánimo de la población civil y subir en las encuestas. De hecho, algo similar vivió el coordinador de los senadores de Morena en Zacatecas en el año de 1998 cuando lo inalcanzable lo hizo posible y la hazaña fue una realidad al romper todos los paradigmas políticos.