En mayo de este año estaremos por cumplir dos años degradados a Categoría 2, por la Agencia Federal de Aviación (FAA por sus siglas en inglés). Esto ha impedido la recuperación de la aviación nacional, ya que una de las restricciones, tal vez de las más graves, es que no podemos abrir nuevas rutas de y hacia los Estados Unidos de Norteamérica.
¿Por qué digo que huele al regreso a la Categoría 1? Justamente ayer la aerolínea del Caballero Águila sacó un comunicado en el cual informa que se abrirá, para el mes de mayo, la ruta a Houston saliendo desde el AIFA.
Así como lo leen; y es que Aeroméxico no puede abrir una ruta mientras nos encontremos degradados a Categoría 2, porque simple y sencillamente no se puede. Por eso su anuncio es una clara señal de que son ciertos los rumores que corren al interior de la Secretaría de Infraestructura Comunicaciones y Transportes y dentro de la Agencia Federal de Aviación Civil, y que estamos cada vez más cerca de recuperar la tan anhelada Categoría 1.
Me permito una explicación: no es fácil ni sencilla la planeación de vuelos; lo normal es que se planeen con mucho tiempo de anticipación, y cuando digo mucho, hablo de más o menos un año de anticipación. En cualquier compañía aeronáutica, su área de operaciones planifica tomando en cuenta desde el tipo de equipo (el modelo de aeronave) que se utilizará para dicha ruta, hasta planear, calcular y designar a las tripulaciones que irán operando esos vuelos.
Dentro de su planeación debe considerarse si será necesario pernoctar, tanto el equipo como a la tripulación, o si el vuelo será “ida y vuelta”. Debe calcularse el número de frecuencias y por supuesto, los slots, que son los “bonitos” horarios de despegue y aterrizaje.
Aeroméxico anuncia la inauguración de la ruta a Houston, y en las primeras líneas de su comunicado dice: “Aeroméxico obtuvo de las autoridades competentes de México y Estados Unidos las autorizaciones necesarias para iniciar vuelos directos desde el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) hacia el Aeropuerto Intercontinental George Bush, en Houston, Texas.”
La inauguración del primer vuelo será para el próximo 1° de mayo, y además con la ventaja de que pueden conectar directamente ahí en el AIFA con 8 destinos más que maneja la línea aérea.
En efecto, una de las aerolíneas más interesadas en regresar a Categoría 1 es Aeroméxico, que no ha podido incrementar rutas por la degradación a Categoría 2. Además, a nivel de marketing, es super importante ser la primera en sacar un vuelo hacia los Estados Unidos, no le vayan a ganar el mandado los de Volaris, que cuentan con una flota más grande que Aeroméxico (troncal) o VivaAerobus.
Nos da mucho gusto, porque si regresamos a Categoría 1, se le puede demostrar al presidente de la nación que no hace falta abrir el cabotaje a las líneas aéreas extranjeras. Al contrario, es el momento ideal para fortalecer la aviación nacional.
Ahora, sigue habiendo mucha gente que cree que la degradación a Categoría 2 fue por la construcción del AIFA y piensan que con este anuncio los Estados Unidos y la FAA están “certificando” a la terminal aérea de Santa Lucía, pero no es así. Debe quedar muy claro: ¡no!, nunca nos degradaron a Categoría 2 por la construcción del AIFA, y mucho menos por la cancelación del NAIM.
La degradación a Categoría 2 se debió a que en la primera ocasión que nos degradaron (2010) el gobierno federal (en ese entonces con Felipe Calderón Hinojosa al frente) se comprometió a una serie de ajustes, correcciones, arreglos, adecuaciones y modificaciones que en los hechos su gobierno jamás implementó.
Ya sabemos que el gobierno de Peña Nieto (con Richard Gere, perdón con Gerardo Ruíz Esparza al frente de la otrora SCT) no hicieron absolutamente nada de los pendientes que había dejado la administración calderonista.
Algo de lo que suele hablarse, es que cada 10 años se lleva a cabo esta auditoría por parte de la FAA, porque es normal, es un acuerdo bilateral y es hasta deseable que así sea, porque nos “obliga” a tener todo trabajando como maquinaria de reloj. Si se ignoran los temas pendientes por lapsos de 10 años o más, es más que lógico que saliéramos reprobados en la más reciente auditoría (2021).
En resumen, la autoridad federal, esto es la AFAC, fue la que reprobó por no haber hecho todos los ajustes y modificaciones que quedaron asentados en el Libro Blanco, que está a disposición de cualquier ciudadano que quiera consultarlo en internet. En ese documento está todo lo que en 2010 se encontró mal, y que debía arreglarse antes de 2020.
Dicho lo anterior, y con la finalidad que ustedes, estimados lectores, tengan claridad en el asunto, reitero que me da muchísimo gusto ver que ya estamos en la antesala a la recuperación a la Categoría 1; que si bien es cierto la degradación no ha permitido que las aerolíneas mexicanas exploten todo su potencial, han tenido un importante crecimiento en los últimos años, con todo y el tema de la crisis por Covid-19.
Felicitamos desde este espacio a Aeroméxico, que se pone a la vanguardia y toma la delantera, porque sabe muy bien cómo dominar los cielos de México. Por supuesto, espero que las autoridades hayan aprendido a no patear los temas y que es mejor tomar al toro por los cuernos.
Vamos casi dos años degradados a Categoría 2, eso es mucho tiempo. Por eso los que trabajamos dentro de la industria aeronáutica somos cansinos en el discurso de que urge, una verdadera política aeronáutica que nos permita seguir creciendo, dejando una importante derrama económica para el país, que se traduzca en mejoras para la población en general. Y sin olvidar, por supuesto, que en 2030 la FAA nos volverá a auditar.