TENGO OTROS DATOS

Buscar alternativas para disminuir la economía informal es una asignatura pendiente del gobierno de la Cuarta Transformación (4T). De acuerdo con cifras de la ENOE (Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en el tercer trimestre del 2023 suman 32.6 millones de trabajadores los que se encuentran en cualquiera de las modalidades de la informalidad y, por tanto, son personas con una alta vulnerabilidad laboral. En términos relativos, esto implica que en la informalidad se emplean 6 de cada 10 trabajadores (55.1%).

Los cambios en el mundo del trabajo y las crisis económicas han tenido expresiones particulares y complejas para la población. La situación laboral en México, de por sí adversa en la etapa previa al surgimiento de la pandemia del Covid-19, se vio aún más afectada durante el periodo de confinamiento y distanciamiento social por efectos de la emergencia sanitaria, como resultado, ha tenido un severo impacto principalmente en la educación, así como en las políticas sociales y económicas, por lo tanto, marcado desde sus estructuras por la informalidad, la precariedad y la pobreza laboral.

La informalidad y la precariedad laboral no surgieron en México con el gobierno del presidente Andrés López Obrador, pero si es responsabilidad de la actual administración el encontrar políticas públicas para que estos problemas se reviertan y la alternativa Régimen Simplificado de Confianza es un pequeño paso, pero se tendrán que buscar más alternativas.

A pesar de que en la informalidad se concentra el mayor número de trabajadores de la Población Económica Activa (PEA), este sector tan solo contribuyó con el 23% del Producto Interno Bruto (PIB) de México del 2020.

En cualquiera de las modalidades donde se desenvuelva este grupo poblacional, son personas con una alta vulnerabilidad laboral. Los trabajadores que están en la economía informal no cuentan con las herramientas para tener una productividad adecuada, por lo tanto, tienen que someterse a largas jornadas para poder producir lo suficiente; esta dinámica laboral provoca una alta improductividad.

La política económica que se aplicó en México desde hace más de tres décadas que es conocida como neoliberalismo, la cual supone que los mercados tienden al equilibrio y distribuyen de manera eficiente las tareas y los beneficios sociales; como premisa no es cierta, ya que en la realidad se creó uno de los fenómenos en que de manera más perniciosa se expresan estos, que es el de la economía informal, la cual lleva consigo efectos negativos en la productividad, afectando el crecimiento del PIB y el bienestar de la mayoría de la población.

Para darnos una idea del problema que representa para el desarrollo económico del país la informalidad basta analizar los datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía que nos indican que, para el año 2020 por cada 100 pesos generados del PIB de México, 78 pesos lo generaron 44% de las personas ocupadas en empleos formales, mientras que 22 pesos lo generan el 56% de trabajadores ocupados en la informalidad.

El maestro Mario Sandoval nos habla que” en los años 70s se empezó a generar el concepto de economía informal, en el caso mexicano en esa década era estimado en niveles de 10% del PEA (Población Económicamente Activa) sin embargo, a partir de los 80s la tasa de informalidad se disparó al 30%, para los 90s a niveles de 45% y en este nuevo milenio en sus 20s en niveles del 57%”.

El sexenio de Miguel de la Madrid Hurtado (1982–1988) marca el inicio de la estrategia neoliberal implantada gradualmente desde entonces en México. Fue precisamente en ese sexenio que empiezan a privatizarse las empresas del estado y otras desaparecen lo que provocó que miles de trabajadores se quedaran sin un empleo en el sector formal de la economía teniendo que conseguir ingresos en la informalidad.

La apertura indiscriminada de la economía que también comenzó en la década de los ochentas del siglo pasado, la cual permitió la entrada de productos del exterior al país con mucho menores aranceles, lo que provocó la quiebra de pequeñas y medianas empresas y que la concentración del mercado en grandes corporativos, ocasionó que miles de empleos formales se perdieran y que esas personas no tuvieran más alternativa que buscar ingresos en la informalidad.

El modelo económico aplicado a finales del siglo XX no solo se caracterizó por la venta de empresas estatales a la iniciativa privada y la apertura comercial, sino también se llevó a una política de bajos salarios, que hacía que los trabajadores prefirieran muchas veces emplearse en el sector informal o complementar sus ingresos en ese sector.

La política económica neoliberal hizo que los mercados de diferentes productos y servicios fueran dominados por muy pocas empresas privadas, es decir mercados monopólicos u oligopólicos, lo que provocó el encarecimiento del empleo formal al no permitir que compañías pequeñas participen.

En la principal actividad que desarrollan las personas que laboran en el total de la economía informal (Informalidad laboral más condiciones informales de ocupación) es el comercio al por menor, en la que se concentra el 24% del total en esas condiciones; le siguen los trabajadores de la construcción con 15.8%; en tercer lugar se ubican quienes trabajan en el sector de las manufacturas con 13.1%; le siguen quienes laboran en actividades agropecuarias con el 12.3% del total de trabajadores; en quinto lugar está el comercio al por mayor con 7.2%; en sexto sitio está el transporte, correo y almacenamiento de bienes, con 5.6%, mientras que el 5.5% se ubica en diversas actividades.

Las personas que laboran en la economía informal no cuentan con seguridad social, ni con un esquema de pensiones definido, por lo que el Estado tiene que destinar amplios recursos presupuestales a este sector que aporta muy poco al erario para atender sus necesidades de salud, educación, pensionarias entre otros.

Las perspectivas de recuperación y crecimiento económico de México para el próximo año podrían tener un freno debido a la baja productividad que existe en la actualidad. La economía mexicana no cuenta con el soporte productivo que permita afirmar con certidumbre que tiene la capacidad de generar más valor año con año, lo que permitiría vislumbrar tasas de crecimiento cercanas al 5%; tal como se requiere para ampliar nuestros niveles de bienestar laboral: más empleos y mejor remunerados.

Una economía que depende de su sector informal para que un gran número de personas pueda contar con ingresos para subsistir y evitar un estallido social, es una economía fracturada estructuralmente que requiere no sólo de medidas contra cíclicas emergentes, sino profundas reformas fiscales y hacendarías, con criterios de progresividad que permitan una mejor redistribución del ingreso, pero que también eviten la tendencia a la excesiva concentración en unas cuantas manos.