Es difícil entenderlo. Mientras que muchos países avanzan para acelerar la reactivación económica después de la pandemia, México se debate entre reformas legales y constitucionales y decisiones de los tribunales. En lugar de pensar en creación de empleos, innovación, productividad, competencia, las empresas que operan en México tienen que pensar en cabildeos y litigios.
Un Tribunal Colegiado declaró ayer improcedente la suspensión de la reforma a la Ley de la Industria Eléctrica (LIE), promulgada el 9 de marzo. Los magistrados revocaron la suspensión que otorgó el 19 de marzo el juez Juan Pablo Gómez Fierro. ¿Será cierto lo que dicen los Magistrados, que las disposiciones de la ley “no causan ningún daño a particulares”? ¿No habrán visto que la LIE daña a la nación?
La buena noticia es que todavía estamos muy lejos de una resolución judicial final. La LIE permanecerá suspendida hasta que los tribunales resuelvan todas las suspensiones otorgadas por los dos juzgados de competencia económica. Se calcula que son decenas de amparos. Además hay todavía controversias constitucionales, porque la LIE viola la libertad de competencia que protege la Carta Magna. La Suprema Corte de Justicia de la Nación deberá resolver.
El presidente López Obrador anunció el miércoles que enviará al Congreso una iniciativa de reforma constitucional para fortalecer a la CFE. ¿Por qué será relevante el debate sobre esta reforma constitucional?
1. Porque, desafortunadamente, será ideológico, nacionalista, con la mira puesta en el espejo retrovisor, muy lejos de la visión moderna sobre prosperidad en el futuro.
2. La economía de la nación depende de la electricidad. Si se interrumpe el servicio de energía eléctrica por un día, dos, o más, las consecuencias serían devastadoras.
3. Debemos recordar que la electricidad transformó el mundo. Así como el Presidente de México acude a la historia de nuestro país para explicar sus decisiones, así debería ver la historia de la humanidad. La electricidad aceleró la revolución industrial y llevó niveles de prosperidad, antes inimaginables, a las naciones de todo el mundo.
4. El acceso universal a electricidad confiable es lo que separa a las naciones más avanzadas del mundo de las que aún están en desarrollo. Si nos ponemos a observar nuestra vida diaria, cada vez más productos y servicios dependen de electricidad que no tenemos.
5. La generación, transmisión, distribución y suministro confiables de electricidad son esenciales para el bienestar de los mexicanos. Es un paquete que requiere colaboración público-privada. La demanda de electricidad sigue creciendo. Es un círculo virtuoso: la electricidad genera prosperidad y crecimiento económico. Y el crecimiento económico demanda más electricidad.
6. La obligación del Estado y del sector privado es atender el ritmo creciente de la demanda de electricidad a través de más generación y de un sistema robusto de transmisión. “Confiabilidad” es el concepto clave.
El Presidente de México y sus colaboradores de la CFE podrían echar un vistazo a lo que está ocurriendo en todo el mundo. La atención prioritaria de los jefes de estado y de gobierno es asegurarse de que las redes eléctricas no sucumban. Si no hay confiabilidad en las redes de transmisión de electricidad el futuro de la prosperidad de nuestra nación está amenazado.
He leído, en periódicos y revistas, que se proyecta que la demanda mundial de electricidad aumentará más del 40% en esta década. Sin embargo, durante los últimos años, los ejemplos de fallas en redes son preocupantes:
1. Estados Unidos: una red envejecida y sobrecargada representa una amenaza para la confiabilidad a largo plazo del suministro de electricidad. Las redes anticuadas, ineficientes, inadecuadas e inflexibles están mal equipadas para compensar los aumentos repentinos de la demanda, los picos de los precios de los combustibles o el clima extremo. En Texas, el frío extremo reveló una fragilidad en el sistema de suministro. En California, las caídas de tensión y apagones continuos se han convertido en cortes regulares de suministro de energía eléctrica que obstaculizan el crecimiento económico.
2. Unión Europea: implementará una infraestructura de “red inteligente” antes del final de esta década. Al establecer un enfoque integral para actualizar su red con medición inteligente, automatización de la distribución y almacenamiento, Europa está invirtiendo enormes recursos en la modernización de la red.
3. Asia: los países del sur de Asia están invirtiendo decididamente para actualizar la red de distribución de esa región y así prepararse para las necesidades futuras.
4. Japón: ha sufrido la insuficiencia de la red existente por fríos extremos, junto con una interrupción en las entregas de gas natural licuado, aumento de la demanda, escasez de suministro. Esto provocó, en el peor momento, un aumento del 700% en las tarifas eléctricas.
5. China: depende principalmente del carbón como combustible para la generación de electricidad. Cuando los precios del carbón aumenta se afecta la generación.
6. Puerto Rico: se tardó un año en restaurar la electricidad en toda la isla después del huracán de 2017. La economía aún no se ha recuperado por completo de la interrupción prolongada. La Autoridad de Energía Eléctrica de Puerto Rico y el sector privado modernizaron ya su infraestructura para prevenir futuras catástrofes.
7. África: las deficiencias de la red limitan la creación de empresas, reducen la productividad y la producción. El potencial de nuevas inversiones ha desaparecido por malas decisiones de políticas públicas en el sector eléctrico.
Para acelerar el crecimiento económico de México, y mantener una velocidad de crucero, es imprescindible mejorar el suministro de electricidad. Si no se atienden pronto las deficiencias de las redes existentes, las implicaciones serán más graves. Los orígenes del diseño de la red actual de México corresponde a un país del siglo pasado. La red de nuestra nación no está equipada todavía para satisfacer una demanda en constante aumento.
El desafío es la actualización del sistema de transmisión, distribución y suministro de la red eléctrica. La tecnología de la red es obsoleta, la capacidad de almacenamiento insuficiente y la susceptibilidad a desastres naturales y amenazas cibernéticas es evidente.
Se han desarrollado en el mundo nuevas tecnologías de redes. Eso es lo que necesita adoptar el gobierno de nuestro país para eliminar las vulnerabilidades, garantizar la seguridad energética y enfrentar las amenazas a la prosperidad económica futura.
Tanto Estados Unidos como todas las naciones europeas y asiáticas están invirtiendo constantemente para modernizar sus redes. Hasta en Africa, el Banco Mundial está coordinando la asistencia internacional para este propósito.
Con el objetivo de construir una red más moderna y confiable, capaz de servir a los consumidores y la economía, cualquier solución a largo plazo debe incluir una amplia combinación de fuentes de energía. Aquí es donde entra la colaboración entre gobierno y sector privado.
La capacidad de almacenamiento será esencial para garantizar que las fuentes renovables sean confiables. Pero los combustibles fósiles seguirán proporcionando la mayor parte de las necesidades energéticas mundiales durante los próximos 20 años. El gas natural ha demostrado ser una fuente limpia y confiable. Permite establecer una red estable y moderna para las naciones industrializadas y en desarrollo.
En el debate sobre la reforma constitucional, en lugar de ver hacia el pasado, los legisladores deberían analizar los avances de la tecnología. Debemos pensar ya en “redes inteligentes” para garantizar una distribución más eficiente y reducir costos.
Actualizar la red de transmisión, distribución, suministro de energía eléctrica es esencial para el crecimiento económico y la prosperidad a largo plazo de México. Es lo único que nos podrá proporcionar una mayor seguridad energética frente a las amenazas. Una red robusta es lo único que ofrecerá a los mexicanos electricidad confiable; los discursos y la retórica parlamentaria, no.
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