A un año de que fue inaugurado finalmente se le pudo encontrar un uso al aeropuerto Felipe Ángeles y el día de ayer aterrizó el primer vuelo de carga -mensajería en realidad- en servicio regular operado por DHL y que celebro porque hay que usar lo que se hace estemos o no de acuerdo.
Fracasaron en los objetivos
La mentira de que el AIFA sería el mejor aeropuerto del mundo resultó insostenible para el presidente de la República luego de que las líneas aéreas de pasajeros no han podido hacer rentable y volar a una terminal que carece de capacidad, servicios y rutas por lo que se decidió convertirlo en una terminal de carga -mensajería pues-
Es aplaudible lo que la empresa de mensajería y paquetería más importante del mundo ha hecho al trasladar sus operaciones al AIFA, donde toma una ventaja competitiva al apostar por la eficiencia, capacidad y rapidez de sus propios vehículos para la distribución terrestre.
Para que DHL termine su “mudanza” al Felipe Ángeles tendrá que pagar por lo menos un 15 por ciento más al personal operativo y que sus socios estratégicos abran sus propias oficinas, que a su vez, requerirán de nuevas contrataciones. Estos movimientos en cierta medida encarecerán la operación logística. A pesar de ello, la apuesta que se impulsa vía DHL hace sentido en términos económicos y en eficiencia, minimizar tiempos y mejorar la cobertura ampliando las rutas. Una apuesta similar a la que en su momento realizó Federal Express al hacer sus despachos aduaneros desde el Aeropuerto de Toluca.
No hay plazo que no se cumpla
Hay que recordar que la fecha límite para que todas las líneas aéreas cargueras abandonen el AICM es el 8 de julio, por lo que tendrán que migrar sus operaciones a otros puertos aéreos cercanos buscando las mayores ventajas que se puedan alcanzar con su traslado; evidentemente se olvida que el 85% de la carga viene en pasajeros por lo que no podrán mudarse.
Sin embargo, no se puede pasar por alto la advertencia por parte de las organizaciones de la industria y de las aerolíneas cargueras sobre el incremento en los costos operativos que traerá consigo la migración de vuelos de carga hacia el AIFA, una situación que repercutirá en los precios finales de los envíos de paquetería y, por ende, en el costo final de los productos.
Mantener la racionalidad
Lo importante es que las empresas se han enfocado en continuar operando sin interrupción y se han mantenido sin pelear con un gobierno que se ha distinguido por su intransigencia y odio absurdo al capital privado y a la actividad empresarial. Hay que trabajar con lo que hay y si el AIFA ofrece oportunidad para la carga, hay que tomarla y aprovechar los incentivos que pueda ofrecer el gobierno de la República.
Para esta administración lo importante es que la terminal aérea sea utilizada y si el AIFA está ahí, hay que darle uso y aprovechar lo que se pueda, si no, terminará convertido en un costosísimo elefante blanco como lo ha sido durante su primer año de operaciones.
Lo que AMLO calló
Recientemente Carlos Urzua, exsecretario de Hacienda, reveló que cuando AMLO pidió la opinión a tres de sus más allegados colaboradores, el propio Urzua, Javier Jiménez Espriú, Secretario de Comunicaciones y Transporte y Alfonso Romo, Jefe de la Oficina presidencial, sobre la viabilidad de cancelar el NAIM, los tres le respondieron que era totalmente inviable e innecesario, que la construcción de otro aeropuerto elevaría los costos y, sobre todo, no tendría los alcances requeridos para cubrir la demanda en la CDMX.
Pero AMLO fue muy terco y buscó entre sus colaboradores a quién los contradijera y encontró eco en su contratista estrella e integrante de su grupo asesor, nada menos que José María Riobóo, el esposo de la magistrada pirata Yasmín Esquivel.
Por cierto, hoy los tres colaboradores de AMLO que se atrevieron a manifestar objetivamente su opinión ya están fuera del Gabinete, denostados y apestados de la 4T.
El AIFA ya está y pues habrá que buscar la forma de “sacarle jugo”, en ese sentido, la mensajería puede ser una alternativa, no es lo deseable y mucho menos en un país tan dinámico y con grandes expectativas de crecimiento en comercio pero hay que buscar parches.
No podemos omitir que es bananero celebrar un minúsculo aterrizaje de un avión de mensajería, pero vale, a este punto da más risa que lastima.