PROMETEO

En temas socioeconómicos, el tema de la clase media., ya sea con fines económicos, comerciales e incluso políticos y sociales. Suele ser el grupo de población más numeroso en los países desarrollados. Un alto porcentaje de mexicanos considera o cree que es de clase media, la realidad es que la mayoría no cuenta con seguridad laboral o un sueldo fijo superior a los 20 mil pesos, esa percepción ha impedido atender los problemas reales del país, destacando la alta tasa de informalidad.

Nuestro país reporta estadísticamente que seis de cada diez empleos son informales. Esto es relevante pues el último dato de INEGI, reporta 62 millones de personas como Población Económicamente Activa (PEA). Más de 35 millones de personas están en la informalidad, es decir casi dos veces sobre los empleos formales del país.

Por razones culturales y de desinformación, se considera a la informalidad como exclusiva de la clase baja. Esta se identifica por ingresos mensuales individuales o familiares menores a 10 mil pesos, la clase media por ingresos mensuales individuales superiores a 10 mil pesos y hasta 80 mil pesos y la clase alta en ingresos mensuales superiores a 80 mil pesos.

Sobresale que el 45% de la PEA en México son mujeres y que son en su mayoría jefas de familia y las únicas que aportan un ingreso al hogar con un ingreso menor a los 10 mil pesos mensuales.

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Con datos estadísticos de INEGI sobre la PEA, la clase baja es el 60% de la población, el 30% es clase media y el 10% es clase alta. La informalidad en México integra las tres, destacando que el 10% de la informalidad es clase alta, 30% clase media y 60% clase baja. La razón para que la clase alta y media estén en a la informalidad es la precarización de sueldos y prestaciones en el sector formal, así como la evasión fiscal en especial del ISR.

Pongamos por ejemplo a plomeros, electricistas o maestros de albañilería, quienes por cualquier trabajo de reparación o mantenimiento su costo por una hora o servicio no será menor a 300 pesos, suponiendo que hiciera 3 trabajos como mínimo al día y trabajará 5 días de la semana, tendría un ingreso mensual de 18 mil pesos sin retención y sin involucrar más allá de sus conocimientos y herramientas básicas. Sin exigencias de licencias para operar como tales o constancias de conocimientos profesionales, los que están en la clase media.

Así también tenemos a médicos generales que por hora de consulta el mínimo sería de 500 pesos, cobrado en efectivo, hacen 8 consultas al día y 5 días a la semana, serían ingresos de 80 mil pesos mensuales solo por consultas, que podrían ajustase a la zona y enfoque de mercado del médico, pues puede atender menos personas por el doble de precio de su consulta.

Pero también están los lideres controladores de altos ingresos en efectivo diario de venta de productos a los que ya vemos de manera normalizada como tamales, tacos de canasta, etc., que utilizan la red de comisionistas o vendedores para su distribución, pues la venta es controlada por personas asociadas que se dividen los territorios y son un fantasma o con el consentimiento del SAT. Sin embargo, son generadores de altos ingresos mensuales. Si bien observamos a los vendedores, estos son meramente comisionistas, similar a la venta informal de diversos productos en banquetas y calles céntricas. O en el mejor de los casos a pagar derecho de piso a autoridades corruptas y líderes territoriales que se enriquecen de manera irregular. La informalidad ha sido un medio para salir de la pobreza extrema y aspirar a la clase media o bien para evadir impuestos y mantener un alto nivel de vida.

La economía formal son 25 millones de personas en México, el 26% es clase alta, el 30% es clase media y el 50% clase baja. Si bien se alcanzaron los 22 millones de trabajadores dados de alta en el IMSS, la precarización de sueldos, empuja a la informalidad para mejorar condiciones de ingreso o bien el desempleo de las personas de 40 años o más que al no encontrar espacios se convierten en informales en tanto según ellos sale algo mejor.

En el país existen 35.2 millones de viviendas habitadas, el 2.5% son habitadas por la clase alta, el 43% por la clase media y el 54.5% por la clase baja.

La informalidad afecta la inclusión financiera, pues si bien hay entidades que ofrecen servicios básicos como tarjetas de débito o seguro limitados, no hay acceso a créditos hipotecarios o a desarrollar perfiles de formalización para ampliar la oferta financiera. Por otra parte, las autoridades federales, estatales y municipales, consienten la informalidad pues les generan consumo y son parte si bien irregular del eslabón de la economía, y sobre todo ayudan a aparentar un bajo desempleo.

En los inicios de los años 70′s no superábamos el 20% de la informalidad, después de las crisis de los 80′s, la escalada es acelerada. Hay países con índice de informalidad de 80% como Perú, Bolivia y Guatemala. Brasil anda en niveles del 40% y Chile con el 21% de tasa de informalidad. (Fuente CEPAL). Hoy el casi 60% de informales en la PEA de México es un reto para las autoridades financieras de este gobierno y mínimo los dos próximos sexenios, hay que bajar esa tasa con hechos a través de las micro, pequeñas y medianas empresas.

Queremos mejorar los programas de pensiones, impulsar otros programas sociales, pero sin mejorar la productividad y bajar de manera sostenida la informalidad, no llegaremos muy lejos.

Tienen que actualizarse leyes, artículos diversos en particular en materia laboral, económica, fiscal, comercial y educativa. Sino hacemos conciencia de ello seguiremos empujando a la población a la informalidad y será un desastre para las finanzas públicas, recurriendo al criterio de emisión de deuda como solución. La época de mayor expansión económica (50′s a 70′s), tuvo como efecto el apoyo a la industria nacional y a que no se estimulaba la informalidad. Había que mejorar en competitividad y productividad, y en cambiar la mentalidad de empleados eternos a empleados con mejores herramientas y conocimientos.

Podemos ser parte de las 15 economías más importantes del mundo, pero con el 60% de informalidad y sin impulso a las MIPYMES, el camino será difícil y seguirá concentrándose la generación de riqueza en unas cuantas familias a nivel nacional, estatal o municipal.

La inflación ha sido un elemento que afecta a la sociedad en general. Por un lado el INEGI y Banco de México, señalan que hay disminución en sus últimos reportes, sin embargo en realidad los precios siguen al alza en especial por los efectos de los costos de inseguridad lo cual provoca que los servicios e insumos básicos se ajusten en reetiquetados en cada región del país.

En esta etapa de campañas políticas previas a elecciones por la presidencia y ante la falta de claridad y precisión con respecto a las estrategias en materia de seguridad, empleo formal y disminución de informalidad, energía eléctrica renovable, Estado de derecho, salud, educación, infraestructura y desarrollar competencia en el sector financiero, los planes de inversión privada nacional entran en compás de espera. Y más si las respuestas para atender esos asuntos son lugares o conceptos comunes repetidos como con: honestidad, corrupción y bienestar.

El nearshoring fue sin duda un elemento para tener atención e inversión para relocalizar empresas. No hay duda que la geopolítica nos favoreció, sin embargo no la hemos aprovechado pues no se ha puesto atención en infraestructura carretera, logística y seguridad. La oferta de parques industriales ahí está, el tema es que debemos darle valor agregado a esa oferta con ventajas en materia de productividad (capacitación, disponibilidad de recursos humanos mejor calificados), logística para proveedores y seguridad en las proveedurías de las cadenas de producción, en especial en el sector automotriz que es el más activo en exportaciones. El nearshoring es factor para la clase media en México.

Hoy tenemos un tipo de cambio promedio de 17 pesos por dólar, con reservas superiores a 213 mil mdd, el tema de un tipo de cambio barato no ha sido factor para contener inflación en la realidad. El tipo de cambio está fortalecido más que nada por la diferencia en las tasas que hay entre México y Estados Unidos. Si se baja la tasa de referencia en México hará presión al tipo de cambio. No se ve mucho margen en este año. Los gobiernos de ambos paises desean que baje la tasa de interés. En el caso de Estados Unidos es para activar su economía con crédito en vivienda, consumo y crédito productivo. En México es para que le baje el costo financiero a la deuda del soberano y de Pemex. Son visiones distintas.

Para las familias y empresas en México lo que esperan es que los precios ya no suban en sus artículos y consumos básicos. Los costos inflacionarios de seguridad (bloqueos y retenes en carreteras, extorsión en sitio) le afectan y eso no lo miden el INEGI ni Banco de México. Ya se debe ver con mayor atención que estos temas influyen en la economía familiar y empresarial, y que no atenderlas resta confianza en la inversión y el empleo formal, y en consecuencia se refleja en el ingreso de los hogares.

X: @MarioSanFisan | PROMETEO (previsión/prospección) | CEO FISAN SOFOM ENR

Banquero a nivel Directivo con más de 30 años de experiencia de negocios. Ex presidente nacional AMFE corporativo@fisan.com.mx