Sus acciones ratifican lo que en este espacio hemos compartido todo el tiempo: la derecha no representa a nadie, más que a sí mismos, exhibiéndose una vez mas de manera vulgar, afectando abiertamente a su hoy candidata presidencial.
Las listas de candidatos plurinominales de los partidos que conforman la alianza opositora, están plagadas de políticos anquilosados, algunos de los cuales aun pretenden seguir viviendo del erario, y otros cuyos nombres ya ni siquiera eran recordados en el imaginario político colectivo.
Desmenucemos lo que hoy nos ofrece el PAN: enlista para el Senado en primer lugar al excandidato presidencial Ricardo Anaya, quien se ha pasado todo el sexenio fuera del país por miedo a ser aprehendido por múltiples delitos de corrupción y enriquecimiento ilícito (Riqui, el que nada debe, nada teme), también aparece Francisco Ramírez Acuña quien fuera el oscuro primer secretario de gobernación del sexenio de Felipe Calderón, así como su nada brillante presidente nacional Marko Cortes, la eterna aspirante Josefina Vázquez Mota y la innombrable traidora de Lilly Téllez.
Mientras para la Cámara de Diputados va la “singular” senadora Kenia López Rabadán, el exgobernador Francisco García Cabeza de Vaca, a quien se le han comprobado de manera constante sus vínculos con el crimen organizado, Margarita Zavala, Jorge Romero (Jefe del Cartel Inmobiliario de la Alcaldía Benito Juárez), Carlos Romero Hicks, Jorge Triana y el delincuente sexual Gabriel Quadri.
Por el lado del PRI o lo que aun queda de él, las cosas están igual de descompuestas, ya que quien encabeza las listas para el Senado es el corrupto de Alejandro Moreno, y el hoy renacido Manlio Fabio Beltrones (al que sacaron de no se donde) y Carolina Viggiano (esposa de Rubén Moreira). Aquí me permito hacer un alto, ya que sorprendentemente no aparece Beatriz Paredes, por lo que llama la atención si dicha omisión corresponde a que la aun senadora quiere mantener su legado al margen de este cochinero.
En la lista priista para San Lázaro aparecen nombres como Aurelio Nuño exjefe de oficina de Enrique Peña Nieto, Silvana Beltrones, hija de Manlio Fabio, Rubén Moreira del cual ya se ha dicho de todo, Mario Zamora actual senador, el exgobernador de Zacatecas Miguel Alonso Reyes y la excandidata a gobernar el Estado de México Alejandra del Moral.
Para el PRD, donde por cierto ya no hay muchos espacios para repartir, van para el Senado el presidente nacional Jesús Zambrano y la secretaría general Adriana Diaz, mientras que para la Cámara de Diputados aparecen los nombres de Ángel Ávila actual representante de ese partido ante el Instituto Nacional Electoral, así como el ex jefe de gobierno y hoy senador Miguel Ángel Mancera.
Sin embargo, aquí la repartición de cargos se ha tornado muy complicada, ya que el exgobernador de Michoacán Silvano Aureoles y el aún diputado federal Luis Espinosa Cházaro han denunciado públicamente las decisiones tomadas por la dirección nacional del partido, previendo ellos mismos la posible perdida del registro, derivado de las mismas.
Así las cosas, hoy más que nunca se observa la fuerte crisis que atraviesa el sistema de partidos de la oposición, ya que la reaparición de viejos conocidos y la abierta protección de delincuentes, destrozan los argumentos de sus voceros de luchar por la democracia, y más bien los hacen parecer una agencia de trabajo de políticos a punto de ser desempleados o un refugio para malhechores.
Estos tres partidos, quienes en antaño fueron sumamente poderosos (y aclaro que no fue hace más de diez años), hoy están reducidos al reciclaje de candidatos, aun y cuando prometieron al fallido movimiento de Claudio X. González, que iban a nutrirse de “cuadros de la sociedad civil”, aunque su intención nunca fuera la de cumplir.
Por el contrario, observamos que las listas de los cargos plurinominales están llenas de las mismas castas políticas de siempre, quienes por décadas han tenido en su control la dirección de estos partidos, mismas que defienden lo que creen que es su derecho.
Al observar este escenario, podemos entender porque el hartazgo del pueblo de México para con todos los partidos de derecha, a la gente ya no se le puede engañar, ya que sabe que hoy votar por ellos sería regresar a lo mismo que aborreció y echo en las urnas en el 2018.
Aquí la principal afectada es su candidata Xóchitl Gálvez, ya que se cae totalmente el argumento de ser ella el elemento disruptivo, venida de la sociedad civil y que se mantendría por encima de los partidos políticos., hoy más que nunca observamos que todo su programa electoral no es más que una gran mentira.
La derecha lo volvió hacer y una vez más le vio la cara a sus cada vez menos simpatizantes, mientras por un lado los cuadros políticos de los partidos de oposición aseguran cargo para el siguiente sexenio, por el otro, dan el tiro de gracia a su ya muy triste campaña presidencial.
X: @juanrubiog
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