Normal es hablar de la salud de los jefes de Estado. Se habla de Joe Biden y su avanzada edad, amén de algunas situaciones en las que se ha visto inmerso propias de una persona de su edad que atiende la agenda del presidente de Estados Unidos. De Peña Nieto también se habló. Mismo caso en su momento del primer ministro Churchill en el Reino Unido o de Mandela en Sudáfrica.
La salud del mandatario de una nación es una cuestión de Estado. Porque la estabilidad política se puede ir en ello. Se afectan inversiones, políticas públicas, la agenda legislativa se puede ver trastocada. Incluso el equilibrio que se mantiene en la lucha por el poder se ve afectado.
Lo que no entiendo, ni entenderé es la imperiosa necesidad de colegas columnistas, opinólogos y comentócratas de especular para desestabilizar.
Mexicanas y mexicanos somos todos. En un momento que puede ser de ‘incertidumbre’ nuestro deber es con la verdad y con la patria. La verdad viene de los canales oficiales o de las fuentes confiables. Nuestro deber con la nación es la de abonar a la estabilidad en momentos de cambio y controversia.
Si por historia e ideología, no se confía de las fuentes oficiales, sí que también existe un abismo de diferencia entre atender a una fuente que filtra información extraoficial a pasar a especular por completo para llenar un espacio de opinión a cambio de clics y likes.
Al final, el presidente AMLO tuvo una situación médica que le puede suceder a cualquiera. Un jefe de Estado también es propenso a enfermar y convalecer. El video que dura casi 20 minutos muestra a un Andrés Manuel López Obrador saludable, en vías de recuperación, pero ampliamente lúcido.
En este espacio he explicado lo hábil que es para hacer política y marcar una agenda. No me extraña que fuera a propósito permitir que la oposición se fuera ‘de cabeza’ especulando en negativo sobre la salud del presidente, para después, tundirles como lo ha hecho desde su publicación en redes sociales.
AMLO aprovechó la recta y la bateó. A la oposición les dijo que estaban llenos de odio. A sus simpatizantes les envió señales de certidumbre. Su discurso continúa siendo en positivo para su base. Sigue siendo el faro de esperanza para su pueblo. Y ahí, en esa cancha, la oposición no ha podido ganarle terreno.
Ahora bien, en la humilde opinión de una servidora. Me parece que hay temas mucho más de fondo. Abril está terminando, los periodos legislativos son cada vez más limitados y la sucesión está a la vuelta de la esquina. El primer semestre del año culminará pronto y no habrá mucho margen para mover cosas de fondo. Los ‘laboratorios’ electorales más importantes también están en marcha.
En mi opinión, la sucesión ya arrancó. Estamos viendo ahora sí, los albores del fin del sexenio de AMLO aun cuando le queda más de año y medio de gobierno. Veremos una operación política y gubernamental distinta. Tiempo de definiciones y acuerdos. Como dicen, toda la carne al asador.
Vanessa Félix | Twitter: @vanessafelixmx