Arranca la segunda parte del año escolar 2024 - 2025 y empieza un nuevo año civil sin que las autoridades educativas de la federación hayan definido con claridad varias cosas. Por ejemplo nuestra presidenta, desde su campaña, se comprometió con la desaparición de la USICAMM por su evidente inutilidad de esta unidad a favor de los trabajadores. Entiendo que la doctora, al momento de pronunciarse, estaba convencida de que este organismo nunca fue útil para brindar justicia, transparencia y equidad a los auténticos trabajadores de la educación. Pero ya es enero del 2025 y los mismos trabajadores de la educación no sabemos el rumbo que vaya a tomar la USICAMM, es decir, va desaparecer o simplemente se va modificar.

No se nos olvide que desde el 2013, cuando surge el Servicio Profesional Docente, antecedente de la USICAMM, una de las intenciones, según dijeron los neoliberales, era quitarle el control de plazas, cambios de adscripción, nuevos ingresos y promociones, al SNTE. Nadie podrá negar que ese sindicato, controlado por los charros, en toda su historia ha sido fuente de una enorme corrupción. Y esa corrupción histórica fue lo que los neoliberales usaron para pretender desbaratar o someter al SNTE. Los verdaderos trabajadores siempre han dicho que no se trata de desaparecer al sindicato, sino que se debe propiciar su democratización. Ese fue y es uno de los puntos de desencuentro, que no el único, entre las actuales corrientes disidentes dentro del SNTE y el régimen.

Tal vez fue verdad que, en el 2013 y con la ley neoliberal educativa, en menor medida, el sindicato fue acotado y doblegado. No obstante, la reforma del 2013, también permitió la supervivencia del SNTE a pesar de los ataques corrosivos de grupos ultras como Mexicanos Contra la Corrupción. Los neoliberales entendieron que era mejor cooptar al sindicato y tenerlo a su servicio que democratizarlo o incluso, desaparecerlo. En esos años, la docilidad de la dirigencia fue el marco permisivo para la brutal represión gubernamental a las disidencias quienes, a pesar de la persecución, no se amilanaron.

Sin embargo, en la ley del 2013, desapareció un derecho fundamental de los trabajadores como lo era la plaza base y fue evidente que el sindicato se convirtió en cómplice de ese atropello. Por eso las corrientes magisteriales, llamadas disidentes, combatieron a esta ley, pidieron su desaparición y popularizaron el termino de: la mal llamada reforma educativa. Pareciera que fue genuino su gesto del ex presidente Andrés Manuel cuando, durante su campaña, enarboló esta demanda de los auténticos trabajadores. Dijo que, de llegar a la presidencia, tiraría la reforma educativa del 2013. Eso provocó una reacción airada de la dirigencia sindical en contra de AMLO pues ellos, los dirigentes del SNTE, defendían esta reforma lesiva para la inmensa mayoría de trabajadores. Esto no se nos debería de olvidar nunca. Aunque pareciera que muchos ya empiezan a olvidar ante el revire camaleónico de estos dirigentes después del 2018.

Si bien es cierto que después del 2013, el sindicato, infinidad de veces, ha sido señalado de coludirse, primero con el Servicio Profesional Docente y después con la USICAMM, para meter mano a estos organismos y así favorecer a sus allegados, también es cierto que siempre hubo y ha habido el silencio sepulcral de las autoridades. Posiblemente, todos esos señalamientos acumulados hayan sido ciertos de ahí el silencio. Y es que tampoco podemos negar la enorme opacidad de la USICAMM y su pésimo servicio en todos estos años de ahí que su oscuridad aumenta las sospechas de que el SNTE le ha venido metiendo mano para satisfacer intereses inconfesables. Por eso la declaración de nuestra presidenta fue bien vista por el grueso de trabajadores.

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No obstante, ya pasaron meses del arranque del nuevo gobierno federal y nada se sabe sobre lo que sucederá con la USICAMM. Tal vez por eso, para la mayoría de los trabajadores, se hace poco entendible que se quiera devolver al sindicato el manejo de la USICAMM o que su opinión, hablando de los trabajadores, sea la única que deba de prevalecer. Es que las autoridades han dado a entender que no van a dar un paso en la modificación o desaparición de la USICAMM si no está de acuerdo el sindicato. Se hace evidente que esta organización gremial, con sus acciones, ha demostrado que lo que menos le preocupa es el bienestar de los trabajadores.

En los días que vienen aparecerán nuevas convocatorias para algún tipo de promoción y la duda es sobre cual nuevo organismo aparecerá para darle seguimiento a estas convocatorias o si al final, se quedará el mismo. Si la idea es mejorar y para ello deba de crearse algo similar a la USICAMM entonces se está dejando pasar el tiempo sin enviar un mensaje de certeza a los trabajadores. O tal vez sea verdad que aún no se ha definido la ruta a seguir, es decir, se estaría pensando en complacer al sindicato y no encuentran la forma de hacerlo para evitar el escándalo y la molestia de la disidencia o se sigue buscando atender las auténticas demandas de los trabajadores (cosa poco probable esto último). Ambas cosas parecen ser lo mismo, pero no lo son.

De acuerdo a lo ya argumentado, sin duda, se está cometiendo un tremendo error cuando se ha publicitado que únicamente le han preguntado, o le van a seguir preguntando, al sindicato charro sobre cómo llevar a cabo la reforma. ¿No hubiese sido mejor, desde un principio, preguntarle a los trabajadores y usuarios de este servicio el sentido de sus quejas sistemáticas? ¿Acaso no es fácil entender que el sindicato, al pedirle opinión, únicamente va exigir cambios que le concreten el control del nuevo organismo?

Mtro. Juan Durán Martínez | Correo: escribidoretica@gmail.com | Docente de escuela pública, Puebla, Puebla.