IRREVERENTE
Mi papá nunca quiso estudiar. A pesar de eso quería ser doctor y lo consiguió por la vía del honoris causa que le otorgó el ITAM, la universidad que fundó mi abuelo y a cuya ceremonia invitó al mismito David Rockfeller, su socio en el Chase Bank y muchos otros negocios financieros alrededor del mundo”.
Alberto Baillères González retrasó desarrollo económico de México
Alberto Baillères Jr. nos sigue platicando -y ya casi termina- la historia del que a su juicio fue el principal actor del neoliberalismo que retrasó el desarrollo económico de México, debido a las prácticas oligopólicas de sus empresas:
“Mi padre es (fue) un huevón y yo no me llevo bien con los huevones.
Él lo sabe (lo supo). Su mérito ha sido pagar los mejores sueldos del mercado nacional para mantener al talento no familiar manejando su emporio.
Muchas de las ideas que yo le di mientras estudiaba en Estados Unidos, de haberlas aplicado en concierto con la estrategia de los valiosos hombres que estaban al frente de sus negocios, hubieran hecho que los Baillères, y no los Slim, se hubieran quedado con Telmex y otras empresas que Salinas de Gortari malbarató durante su presidencia.
Ahorita, mi familia sería la más acaudalada de México.
Roberto Slim, uno de los sobrinos de Carlos, me ha dicho esto de muchas formas y no sólo él, gente misma de sus empresas sabe del potencial que mi papá dejó escapar por su falta de visión.
Los Ádams Baillères´
Boby tiene un negocio de mezcal y maneja hoteles, todos esos negocios hubieran tenido una ruta muy distinta si yo hubiera tenido a un papá saludable, porque en vez de hacer el melodrama más famoso de México -los “Adams Baillères”- seríamos el mejor ejemplo de los más filantrópicos de México; obvio, también seríamos los más ricos.
Ante todo esto que te he platicado, estoy armando una estrategia de ataque y de defensa a la altura de lo formidable de mi oponente.
Tengo en mis nóminas a los mejores abogados, aunque algunos de ellos han sucumbido a los ´cañonazos´ de mi padre, que no tiene empacho en comprarles casas en Aspen y otros lugares por el estilo.
Mi plan es regresar a México a negociar con mi padre mi vuelta a las empresas de la familia, porque hubo muchas irregularidades legales y fiduciarias en la cesión que me obligaron a hacer de mis acciones.
Tengo abogados caros que a veces cambian de bando y prevalece hoy un escenario de guerra, donde hay que actuar como un general competente.
Más como en muchas de las guerras, tendrá que venir el armisticio.
Por cierto, fue una atrocidad que mi papá le hubiera cambiado de nombre al grupo de nuestras empresas.
Cuando mi abuelo murió por un supuesto accidente en su casa al caerse en las escaleras al ir hacia su recámara, al día siguiente hasta nuevo logotipo había del Grupo Bal.
Es un hecho, la nueva marca con todo y su logotipo ya los tenían listos
Esto es injusto, porque no fue mi padre quien fundó al grupo, sino mi abuelo Raúl Baillères Chávez, a quien quiero honrar regresándole al Grupo su nombre original, tan pronto recupere las acciones que me hicieron ceder con presiones por órdenes de mi padre, quien heredó a mis hermanos y mi madre todo un imperio en charola de plata -perdón- de oro.
Su único mérito ha sido seguir el consejo de mi abuelo, quien seguramente por conocerlo, le decía que interfiriera lo menos posible en la marcha de los negocios.
Le pedía que dejara a los profesionales operar las empresas.
´Todo es cosa de que caiga el primer millón, porque los siguientes caen muy fácil´, así le decía.
A pesar de eso, ha tomado (tomó) decisiones caprichosas que llevan (llevaron) una buena parte de su capital personal fuera de México, como las inversiones a gran escala que hizo en España, en Sudáfrica y otros países.
Rancho más grande y opulento de Texas es de los Baillères
La familia es dueña del rancho más grande y opulento de Texas, “El Chaparrosa”, que tiene su propio aeropuerto y una de las poblaciones más grandes del mundo de venado cola blanca, entre otras especies salvajes.
Mis hijos conocieron ese lugar el 24 de diciembre del año 2000 y quedaron impactados al darse cuenta de lo inmensamente rico que es su abuelo, a quien vieron ese día por primera y última vez, porque aunque los tomó bajó su férula económica y los volteó en contra mía, el encuentro entre nietos y abuelo nunca más se ha vuelto a dar.
A cambio de pagarles sus escuelas, sustento y viajes, les ordenó no comunicarse conmigo de ninguna forma.
Me hablan a escondidas y la última vez que los vi sin permiso del abuelo fue en el 2011″.
Cajón de sastre:
· Hasta ahí las palabras de Alberto Jr.
· Mañana, el 7o y último Episodio: Fifís mexicanos no conocen necesidades de los pobres ni los ayudan.