La posverdad no es más qué la distorsión deliberada, a conveniencia, de una realidad, manipular creencias y emociones buscando influir en la opinión pública sin importar las consecuencias.
Vemos a diferentes medios carentes de toda objetividad lanzar loas ante el derrumbe del gobierno peruano; ¿A quién o quiénes beneficia que la silla presidencial peruana quede vacante?
¿América Latina tropieza nuevamente con la misma piedra? ¿Estamos presenciando en Perú la misma película sucedida no hace mucho tiempo en Bolivia?
Y más importante aún para nuestro México, ¿Seremos capaces de observar a detalle cada suceso y tomar precauciones en las próximas elecciones a celebrarse este 2023 y 2024? Dejar repartidos los congresos no deja un buen sabor, los peruanos están aprendiendo de la peor manera...
El presidente Pedro Castillo ha sido destituido recientemente por: “PERMANENTE INCAPACIDAD MORAL”, vaya titular, hablando de distorsiones a modo en el discurso... Los diferentes medios informativos, sobre todo los allegados a la ultraderecha gozan radicalizando y llevando a sesgos vomitivos lo que está sucediendo en el andino país, omiten hablar de las reyertas donde miles de inconformes están enfrentando a la policía, sin importar que ya hay varias víctimas mortales, enfocándose en: ”La incapacidad para gobernar“, del hoy detenido.
La posverdad manejada como mentira emotiva y articulada como estrategia golpeadora, utilizando discursos de abogados y “analistas” acorde al sesgo requerido con la finalidad única de sembrar diferentes corrientes de emociones que a su vez ayuden a deteriorar las opiniones y fuerza de un pueblo que enardecido, harto de la manipulación, del yugo dominio imperialista está despertando y exigiendo el respeto a su votado y con ello la restitución inmediata o en su defecto, se lleven a cabo elecciones extraordinarias con carácter de urgentes.
La posverdad peruana, unida a una oratoria jurídica interpretada a conveniencia parece llevar como única finalidad influir en las emociones y pensamientos del pueblo: “Yo sé, tú no sabes nada, vuelve a tu trabajo malpagado y déjame gobernar”... Los oligárquicos peruanos llevando su discurso de odio pretenden opacar la realidad, llamar dictador al elegido por su pueblo; ¿Dónde hemos escuchado eso?
Se ha dejado del lado la subliminalidad, característica aparejada de la posverdad y dieron un salto al autoritarismo clasista al que durante siglos se acostumbraron, los diferentes “razonamientos y sesudos análisis “, claramente van enfocados a distorsionar la realidad latente del Perú en guerra, invocando términos como :”Justicia, principios, normas o Marcos jurídicos; violaciones al derecho, violaciones a tratados, y un gran etcétera, ¿La finalidad? Mostrar que el pueblo llano no sabe, no lee, no conoce y por ende debe dejarse conducir... Sic.
Manejar una verdad que no es verdad o está muy alejada de esta, requiere de oradores enfáticos que buscaran con elocuencia crear certeza en sus allegados y con ello lograr transcender el mensaje manipulado, que a fuerza de repetirlo se llegara al posible convencimiento de algunos indecisos o mal informados.
Lo anterior lo hemos visto en nuestro país, México, desde hace muchos sexenios, en los últimos meses el discurso encabezado por Claudio Xicoténcatl González, es un claro ejemplo... La posverdad lleva a cabo una persuasión inductiva para lograr un convencimiento y en el manejo del discurso se deja de lado toda ética e integridad, el único fin será en oro de intereses muy particulares.
Y como siempre sucede: “A río revuelto, ganancia de pescadores”... Vimos a muchos sacar garras en nuestro país, uno de ellos, Porfirio Muñoz Ledo, que al parecer el ardor le seguirá hasta la tumba y en un infortunado tuit le vemos vociferar...
¡Caramba, habrase visto semejante dislate!
El político que tiene tres anillos de seguridad en su residencia hablando de “opresiones”, el rencor político contra el presidente más apoyado por el pueblo cada día parece pesarle más, al grado tal de querer procesarlo en la Corte Internacional, ¿y su nieve de qué sabor?
Estos son los alcances de quienes se codeaban con el presidente, ¿cuáles serán los de quienes desean verlo fuera de Palacio Nacional?
Se vienen tiempos fuertes y tempestuoso en nuestro país, y valdría la pena tomar el ejemplo de lo que sucedió en Brasil, Bolivia, Argentina y ahora Perú, apuntalar los congresos será tarea a tomar en cuenta en las elecciones próximas, nunca esta demás...
Quizás para la ultraderecha mexicana lo que está sucediendo en Latinoamérica no sea del todo buena noticia, pues los golpes blandos y las destituciones están poniendo en alerta a los millones de mexicanos que siguen fieles a López Obrador...
Eso sí va para un buen análisis y a fondo...