Antonio Pérez Garibay me cae muy bien. Él ha dicho, desde hace semanas, que será candidato de Morena en las elecciones presidenciales de 2024. Este sábado se fue todavía más lejos en una entrevista que le hizo Milenio: “Soy soldado de AMLO y seré el próximo presidente de México”. Así, con esos güevos lo dijo.

√ ¿Es soldado de AMLO el papá de Checo Pérez? Sin duda lo es. Me consta desde hacer bastantes años.

√ ¿Me gustaría que el señor Pérez Garibay fuera presidente? Por supuesto que sí.

√ ¿Tiene posibilidades de ser presidente? Creo que muy pocas.

¿Qué le falta al papá de Checo Pérez para llegar a la presidencia?

En primer lugar, que AMLO lo incluya entre los y las aspirantes de Morena.

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En en segundo, superar en las encuestas a Claudia Shienbaum, Marcelo Ebrard, Adán Augusto López, Gerardo Fernández Noroña, Esteban Moctezuma, Tatiana Clouthier, Ricardo Monreal, Juan Ramón de la Fuente, Rocío Nahle, etcétera.

En tercero, que ya nadie lo llame “el papá de Checo Pérez”. Sin personalidad propia no llegará lejos.

En cuarto lugar, ser nominado candidato presidencial de Morena.

En quinto, ganar las elecciones en 2024.

¿Y si le preguntan a Andrés Manuel en la mañanera e incluye al papá de Checo Pérez en el club de presidenciables?

Si lo incluye, lo incluyó. Si le preguntan en la próxima mañanera, el presidente dirá que Pérez Garibay es buena persona, que ha apoyado a la izquierda, que tiene derecho constitucional y estatutario y que se apunte si quiere.

Pero, para que sea un destape serio, Andrés Manuel tendría que elogiar al papá del Checo en los términos en que el presidente ha ensalzado a Claudia, a Marcelo y a Adán Augusto.

Considero prácticamente imposible que AMLO ubique la trayectoria política de Pérez Garibay —apenas ha sido diputado federal— al nivel de la de Ebrard Casaubón, Sheinbaum Pardo y López Hernández, quienes tienen muchísima experiencia y han demostrado habilidad para superar crisis de todo tipo.

¿Y si Checo Pérez gana el campeonato de Fórmula 1?

Pues lo ganó, sería extraordinario, miles iríamos al Ángel a celebrar y a otra cosa.

Un deportista de alto rendimiento como Checo entenderá que la sucesión presidencial no es un campeonato de automovilismo, sino una vuelta ciclista de tres semanas; en efecto, como el Tour de Francia.

No han llegado las etapas más duras, las de alta montaña. Llegarán y serán durísimas. Resistirán y seguirán en la comparencia con posibilidades de victoria solo quienes están verdaderamente preparados. Claudia Shienbaum lo está, Marcelo Ebrard también, lo mismo que Adán Augusto López. Creo que alguien tan buena persona como Antonio Pérez Garibay no cuenta con la preparación que se necesita. Ojalá lo entienda, se ubique y se fije metas alcanzables pero también muy difíciles de alcanzar, como ser gobernador de Jalisco, que en la lógica de la 4T es una posición polítics que se debe buscar abiertamente, no jugando a aspirar a la grande para obtener como premio de consolación la segunda o tercera gubernatura más importante de México.