Nuevamente regresa el tema y con ello hablar de los libros de texto, aunque a muchos molesta en demasía, la educación es un tema fundamental en nuestro país, sobre todo cuando desde la Suprema Corte de Justicia de la Nación, están metiendo las manos.
Una situación que desde la mañanera escuchamos retomar al licenciado Andrés Manuel López Obrador, muy extrañado sobre todo por la situación “suigéneris”, donde el ministro de la Suprema Corte de Justicia, de apellidos Aguilar Morales, en una resolución “Fast track” da una solución, podríamos decir de manera inmediata., tomando en cuenta los tiempos respecto a la velocidad con que los casos son resueltos en México, es un hecho inaudito la celeridad a la controversia emitida desde Chihuahua respecto a los libros de texto, estado gobernado por el PAN al norte de nuestro país, que en tiempos de revueltas electorales tiene todo el tinte político, amén de otros detalles.
Si buscamos en nuestra memoria, el pasado día 18 de agosto, la Consejería Jurídica del Ejecutivo Federal, CJEF, por sus siglas, buscó impugnar la resolución del ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Luis María Aguilar Morales, éste habría ordenado dejar sin libros de texto por tiempo indefinido a los estudiantes de nivel básico en todo el estado de Chihuahua, una situación sin precedente, algo muy grave porque lo que hizo el ministro Aguilar Morales, fue violar los derechos fundamentales previstos en los artículos 1º, 3º y 4º de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos
El artículo 3º expresamente señala;
Toda persona tiene derecho a la educación. El estado, -Federación, estados, Ciudad de México y municipios— impartirá y garantizará la educación inicial, preescolar, primaria, secundaria, media superior y superior.
Ya si hablamos precisamente de la responsabilidad de la autoridad estatal. Para eso está el artículo 18 de la Ley Estatal de Educación de Chihuahua, el cual parece que la gobernadora ignora o se le olvida. Y sí se le ha olvidado aquí se lo recordamos.
Es responsabilidad de la autoridad estatal realizar una distribución oportuna, completa y amplia y eficiente de los libros de texto gratuitos y materiales educativos complementarios que la Secretaría de Educación Pública le proporcione.
Es por lo anterior que la Consejería Jurídica del Ejecutivo Federal, CJEF, con justa razón emite el descontento; es por esto que cualquier abogado puede darse cuenta de la improcedente solicitud de la gobernadora de Chihuahua, María Eugenia Campos Galván, cuando decide promover la controversia en contra de la distribución de libros de texto en el ciclo 2023-2024, ante lo cual sus asesores debieron hacer las observaciones pertinentes o en su defecto el mismo ministro Morales, cuando la tuvo en su poder, debió negar la medida cautelar, porque el propio gobierno de Chihuahua, habría confesado que los libros de texto ya estaban en posesión de las autoridades de esa entidad y por lo tanto, era obligación distribuirlos.
La situación tan comentada y tergiversada en los medios y redes sociales, regresa a la palestra, al ojo del huracán, cuando el licenciado Andrés Manuel López Obrador desde la mañanera a pregunta expresa de un reportero, retoma el caso y no contento con esto, de manera irónica, hace un empalme y recuento desde el momento que llega a esta controversia a manos del expedito ministro, y cómo éste, de manera autoritaria decide darle rapidez al asunto, cosa contraria con otro asunto de mayor importancia qué tiene empantanado hace 8 meses.
Un famoso y valioso expediente, donde hay en juego 25 mil millones de pesos producto de la evasión de impuestos de las tiendas, Elektra, propiedad de Ricardo Salinas Pliego, el mismo dueño de Tv Azteca, televisora que difundió mentiras y verdades maquilladas respecto al tema de los libros de texto mencionados, y las cuales se utilizan de pretexto para la mencionada controversia impuesta desde Chihuahua, ¿conflictos de intereses o causalidades?
El quebranto al erario parece no importar a los encargados de ejecutar las leyes en México, ocho meses en resguardo un asunto de esta naturaleza da mucho en que pensar, y más las formas de actuar del ministro de la Corte, que deja mucho que desear y pone en entredicho la formas de quienes desde el poder judicial debieran poner ejemplo de ética, deontología del profesional y sobre todo, de moralidad, cuando los ministros se supone deben ser personas probas, moral y éticamente por encima del gran núcleo de la población a quienes van a implementar las leyes en nuestro país.
Pero no se puede esperar mucho de los ministros, cuando una reportera pregunta al titular del poder ejecutivo, su opinión al respecto de los 3 mil millones de pesos que tienen designados los ministros para algunas cuestiones personales por demás contrarias, además de onerosas, respecto a lo que cualquier trabajador en México percibe, el licenciado Andrés Manuel López Obrador responde, que no son solamente esos 3 mil millones para cubrir los gastos de sus casas. Que no son solamente los miles de millones para cubrir el que puedan comer en restaurantes carísimos, aun cuando los señores tienen a su disposición un séquito de personas para alimentarlos en el mismo lugar de trabajo, también hay un guardadito de 20 mil millones de pesos, de los cuales no se sabe a ciencia cierta en qué se van a gastar.
De esta forma es como la Suprema Corte de Justicia de la Nación, el poder judicial, violando la Constitución, al ganar 5 veces más que el presidente, aún así se otorgan todo tipo de prestaciones, unas cantidades enormes para la llamada dieta, aunado a todo lo que utilizan desde camionetas, computadoras, personas o servicio y demás, va con cargo al erario; es una vergüenza lo que está sucediendo en nuestro país y sin embargo, vemos a muchos defendiendo sin entender a cabalidad o cubriendo, lo que desde la Suprema Corte de Justicia de la Nación se está haciendo, violando o adecuando leyes, violando la Constitución, arropando a evasores fiscales, arropando a personajes de la llamada delincuencia dorada.
En nuestro país lo que hizo el ministro Aguilar Morales respecto al tema de los libros en Chihuahua, atenta en contra de los derechos fundamentales que consagra nuestra Constitución, como son la educación y el interés superior de los menores, desde el momento que impide a los estudiantes que cuenten con los instrumentos educativos necesarios para su formación académica. La grave violación de los derechos fundamentales de los estudiantes de educación básica en el estado de Chihuahua es algo que no puede ni debe dejarse pasar por alto, los 11 ministros deben asumir su responsabilidad, deben ordenar la distribución de los libros y garantizar el derecho a la educación de los infantes en Chihuahua o en cualquier otra entidad donde sucediera algo similar.
La responsabilidad también recae en los padres y madres de familia, en los tutores, es una situación lamentable, hoy los mexicanos debemos defender el derecho a la educación de los niños, exigiendo a las autoridades competentes compromiso y responsabilidad para los cargos que fueron impuestos, y deben entregar oportunamente los libros de texto gratuitos necesarios para el desarrollo educativo de la infancia en todo México.
Es muy interesante hacer notar como quienes se oponen y quienes empezaron con una campaña de desprestigio respecto a los libros en nuestro México ni siquiera tienen el conocimiento suficiente, los llamados “periodistas”, y lo entrecomillo, no son más que esbirros al servicio de alguien que paga porque lean un teleprómpter, por lo que pudimos observar, ninguno de estos llamados periodistas se dio a la tarea de investigar e ir a fondo para saber, ¿cómo, cuándo y por qué cada una de las lecturas?, mínimo una o todas las que estuvieron criticando sin bases firmes, sin fundamentos al respecto de por qué fueron elegidas. Pero sí tuvieron la desvergüenza de criticar algo que no conocían de origen y procedencia.
Es más interesante ver cómo estos pseudo reporteros, pseudoperiodistas, no conocen la autocrítica a las mismas televisoras que haciendo gala de sesgo invitan e incitan con sus programas llenos de violencia, de sexualidad sin clasificación, llenas de chismes, de morbo y de insensibilidad.
¿Dónde queda la responsabilidad de cada uno de los padres? Porque es muy fácil criticar unos libros de texto que ni siquiera se han tomado la molestia de leer, pero, muchos de esos padres han permitido que sus hijos tengan una cuenta de Facebook, una cuenta de TikTok, están expuestos a las canciones de contenido sexual explícito, a los narcocorridos, a las películas sin censura en las diferentes plataformas de streaming. Esos mismos padres que le compran a un pequeño, a niños de Kínder, un celular o le dan la tablet al bebé para que “se entretenga”, les permiten un celular con datos y sin restricciones a los niños de primaria.
¿Hasta dónde el cinismo? ¿O hasta dónde el dejarse envolver por las palabras de seudo presentadores o “leedores” de noticias? ¿Algún día podrán tomar conciencia absoluta sobre lo que realmente está sucediendo? Hablando de temas psicológico con respecto a sus hijos, estamos viviendo épocas complicadas y diferentes, donde la vorágine de la información nos lleva, nos jala, por eso es interesante ver a personas preocupadas por los libros de texto, creyendo a pie juntillas las mentiras que desde una televisora están informando, cuando el trasfondo de la noticia, lo que no dicen los medios, es el negocio multimillonario que se perdió al quitarles la concesión, precisamente de lo relacionado a los libros de texto a sus patrones.
Son temas recurrentes que hemos visto a lo largo de este sexenio, donde lo que les duele es la pérdida de privilegios, donde lo que les duele, es que les están pegando en el bolsillo, y la única forma de lograr regresar al poder es manipular la información, es tergiversar la verdad, buscando qué más de algún atolondrado les haga el trabajo sucio, ir en contra de todo lo que represente avance impulsado por el gobierno de la Cuarta Transformación.
¿Cómo padre estás haciendo tu trabajo?
¿Tu hijo sabe qué es; “La casa de los famosos, “La rosa de Guadalupe, Ventaneado”?
Ahí tienes la respuesta….