En mi comentario anterior (La reforma del currículo en México y España, SDP Noticias, 6 de abril, 2023), describí brevemente la evolución de las reformas al currículo de la educación básica en México y España, y compartí algunas conexiones entre los conceptos educativos centrales que son característicos de ambas historias.

Una de las críticas reflexivas e informadas que recibí sobre ese texto fue la de María Antonia Casanova, especialista en temas de educación, inclusión y evaluación en España, (entre otros libros, Casanova es autora de “Evaluación y calidad de centros educativos”, 2007).

La profesora Casanova me escribió lo siguiente:

“Citas la LOCE (elaborada por el Partido Popular, PP, 2002) entre las leyes publicadas y es correcto, pero es una ley que nunca llegó a aplicarse. Cuando ya estaba todo preparado (incluso los libros de texto de las editoriales) para comenzar en septiembre de 2004, en marzo gana las elecciones el PSOE (Partido Socialista Obrero Español) y lo primero que hace es derogar la ley y rescatar la anterior (LOGSE, 1990), que era una ley suya anterior.

Esa es la razón también de que la LOMLOE se haya implementado con esta rapidez. Supone una modificación de la LOE (2006, también del PSOE). La LOMLOE tiene muchos elementos curriculares positivos, pero estoy totalmente de acuerdo en que ha faltado un año para la formación del profesorado; no obstante, como a finales de este año hay elecciones generales y el PP ha declarado formalmente que si gana deroga esta ley, el gobierno actual la ha implantado deprisa y corriendo para que no le haga a él lo que él hizo con la LOCE.”

María Antonia Casanova

Por otra parte, y al entrar en puntualizaciones, la profesora Casanova me comentó esto:

1. “En la Ley General de Educación de 1970, en España, no existía la Educación Secundaria Obligatoria. Solamente se estableció la educación obligatoria de 6 a 14 años en la etapa de Educación General Básica (EGB). La Educación Especial nunca ha sido un nivel educativo, sino una modalidad paralela al sistema general. El Bachillerato Unificado y Polivalente es de una duración de tres años.

2. “La LOGSE (1990), efectivamente, cambia la estructura del sistema, haciendo la educación obligatoria hasta los 16 años: Educación Primaria (6-12) y Educación Secundaria Obligatoria (12-16). El Bachillerato se reduce a dos años. Para acceder a la Formación Profesional se exige haber obtenido el Título de Educación Secundaria Obligatoria, con objeto de prestigiarla.

3. “La LOCE (2002) nunca llegó a aplicarse. Quedó inédita.

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4. “La LOE (2006) nunca estableció la educación obligatoria hasta los 18 años. Ahora mismo solo es obligatoria hasta los 16. La educación infantil siempre ha estado contemplada en el sistema educativo y, aunque no es una etapa obligatoria, los niños de 4 y 5 años están escolarizados al 100% y los de 3 ya llegan al 80%. La primera etapa de educación infantil abarca de los 0 a los 3 años y la segunda etapa, de 3 hasta la escolarización en Primaria, a los 6. Sigue siendo, en la actualidad, la Ley de referencia para el sistema. Incorpora las competencias como referencia de aprendizaje y evaluación.

5. “La LOMCE (2014) no establece ningún nuevo modelo de educación. La estructura sigue siendo la misma, aunque modifica la organización interna de algunas etapas, como la Primaria, que estaba estructurada en ciclos de dos años -como unidad curricular y organizativa, a cargo del mismo maestro- y recupera la estructura en cursos de un año. Desde mi punto de vista y el de otros muchos profesionales, un retroceso, porque obliga a promocionar año a año a niños pequeños, mientras que los dos años favorecen un tiempo más amplio para alcanzar las competencias necesarias. Solo tienen que promocionar dos veces en toda la etapa, lo cual relaja la tensión para facilitar el aprendizaje pausado.

6. “La LOMLOE (2020) supone un regreso a la LOE, que modifica en algunos aspectos. Se ha aplicado este curso: 2022-2023. El cambio más importante es la incorporación real de las competencias clave y las competencias específicas al currículo (antes solo se nombraban, pero no se habían desarrollado), lo que implica una modificación importante en las programaciones. Igualmente, hay que evaluar competencias y no otra cosa. Todo ello obliga a la diversificación de las estrategias metodológicas, para poder constatar la adquisición de las competencias previstas. Hay otros cambios terminológicos que implican cambios de planteamiento. Hay que esperar a ver qué permanencia tiene la ley, en función de las próximas elecciones generales.”

En el caso de México, la reforma curricular de 1992, que iba a remolque del Acuerdo Nacional para la Modernización de la Educación Básica, durante el gobierno de Carlos Salinas de Gortari, fue una de las modificaciones educativas más relevantes de los últimos 40 años. Esa reforma se acompañó de cambios importantes en los contenidos y en el diseño de los libros de texto gratuitos de la educación primaria. Además de crear el primer sistema de contención de los aumentos al salario de docentes: Carrera Magisterial, una bolsa financiera dirigida a la cima de la meritocracia.

Después, en 2002, se crea –entre otros aspectos- el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (Dependencia de la SEP durante el gobierno panista de Vicente Fox. Cabe recordar que el INEE alcanza su carácter autónomo hasta la reforma de 2013). Así mismo, se establece la obligatoriedad de la educación preescolar ese año también. Para 2004 se diseña el Programa de Educación Preescolar renovado (2004); en 2006 inicia el proceso de la Reforma a la Educación Secundaria (RIES y RES), y tres años más tarde se registra el nuevo Programa para la Educación Primaria (2009), esto último durante el gobierno de Felipe Calderón (Reforma a la Educación Básica).

En 2011 se publica el Acuerdo SEP 592 donde se establece el proyecto de “Articulación de la Educación Básica”. Ese año se inserta de manera oficial y abierta el enfoque competencial en la educación básica, con definición de competencias para la vida, estándares curriculares y un perfil de egreso general para la educación básica (preescolar, primaria y secundaria).

El siguiente impulso reformista del currículo de la educación básica en México se da en 2016-2017 con el llamado Nuevo Modelo Educativo y la publicación de un documento sobre los Aprendizajes Esperados (2017-2018), que corresponde al término del gobierno de Enrique Peña Nieto.

Como lo señalé en el texto anterior, la actual renovación curricular para la educación básica (en el contexto de la eliminación de la reforma educativa de Peña Nieto) tiene su raíz en los “nuevos consensos” políticos establecidos o alcanzados en 2019, en la coyuntura de la reforma educativa de la actual administración (del presidente López Obrador), con votos a favor de las y los legisladores de Morena y aliados políticos, así como de las fuerzas opositoras (PRI, PAN, PRD y MC).

Aunque el posicionamiento de los diseñadores institucionales de la SEP con respecto al enfoque de desarrollo de competencias en el modelo mexicano (Marco curricular, 2022), tiene un sentido de crítica, en el texto constitucional y en las leyes secundarias (LGE) se reivindican, sin embargo, persiste el enfoque competencial y el continuismo de la lógica tecnocrática/gerencialista (“Máximo logro de aprendizajes”) como parte de políticas públicas educativas de corte neoliberal.

Para cerrar esta colaboración cito otro pequeño fragmento del mensaje enviado por María Antonia Casanova: “En fin, Juan Carlos, que vosotros cambiáis de ley cada seis años y nosotros cada cuatro. Todo en función de los intereses partidistas y no tanto en beneficio de la educación del país.”

En efecto, el poder político se percibe en primer plano, pero hay otros poderes establecidos o fácticos (como los representados por las élites, económico, académica y mediática, entre otras) que actúan simultáneamente ante los cambios educativos y curriculares tanto en México como en España.

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