Como van las cosas, pareciera que para obtener mejores resultados en las negociaciones la presidenta tendrá finalmente que tomar medidas drásticas ¿será capaz?

En las negociaciones con Trump el dilema parece estar en el sacrificar el comercio, el T-MEC y afrontar la guerra de aranceles que Trump amenaza con imponer, sin importar los costos que pueda generar para su país, o sacrificar al grupo de los duros de Morena, el llamado Grupo Tabasco, entregarlo a la justicia y rehacer toda la estrategia de seguridad, dejando por fin del lado la payasada de “abrazos no balazos” o bien, dejar que intervengan, contrario a nuestros deseos, las fuerzas armadas estadounidenses para hacer el trabajo, con todo lo que eso implica.

Son tres los temas que están sobre la mesa en la agenda bilateral y trilateral entre México, Estados Unidos y Canadá: T-MEC e imposición de aranceles; migración y seguridad, y combate al crimen organizado y producción de fentanilo.

La negociación se plantea difícil por la personalidad del presidente electo de Estados Unidos y su forma de negociar, que ha dominado el debate por las últimas semanas.

Luces de alerta para todos

Estos tres temas encienden las luces rojas sobre todo entre el sector privado de los tres países. La posible eliminación del T-MEC y la imposición arbitraria de aranceles, con lo que Trump sube el nivel de negociación, en cuanto a migración y seguridad, parece existir un mayor entendimiento entre Estados Unidos con Canadá y México, al no pronunciarse pareciera que prefiere mantener vivo el tema comercial y presionar por ahí en los otros dos temas.

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Aunque en el tema comercial parece que las negociaciones del T-MEC podrían caminar y llegar al fin de cuentas a su cauce normal, porque ni gringos ni canadienses estarán dispuestos a darse un balazo en el pie y México deberá ser más sensato en estas negociaciones, más considerando que el 85% de las exportaciones se destinan al mercado de Estados Unidos y representan el 25% del PIB nacional, con tales cifras, México no se puede arriesgar y ponerse en contra de Trump y Trudeau.

Pero Estados Unidos y Canadá tampoco se pueden permitir romper con México y los acuerdos comerciales y dependen mucho de este arreglo, tanto para la economía doméstica como para las negociaciones comerciales frente a los bloques de Asía y Europa.

Luego de las amenazas de Trump, la presidenta Sheinbaum habló con el magnate, Justin Trudeau, por su parte, en lugar de tener una llamada telefónica, fue a ver a Trump personalmente a su residencia de Mar-A-Lago.

Trump y Trudeau discutieron temas clave como la crisis del fentanilo, migración, comercio, seguridad fronteriza y la revisión del T-MEC. Ambos coincidieron en que México debe fortalecer su lucha contra el crimen organizado para mejorar su posición en temas comerciales.

La reunión fue calificada como productiva y dejó señales de cooperación en el combate al tráfico de fentanilo y la seguridad fronteriza, lo que podría beneficiar las relaciones comerciales entre los países de América del Norte.

La pregunta es: ¿México se va a sumar y hará lo necesario para ser parte de este bloque?

La respuesta es simple: o se aleja de de los duros, sus golpeadores, sus políticas, reformas, caprichos y estrategias o nos despedimos de ser parte del bloque regional de Norteamérica.