Sonora Power

Este domingo el presidente Andrés Manuel López Obrador cumplirá con su visita número 28 a Sonora y lo hace para comenzar a cerrar ciclos de la obra de su gobierno, pues entregará uno de los proyectos más significativos y de mayor impacto social de su administración.

El presidente visitará la región Yaqui a fin de entregar a la nación originaria el acueducto que abastecerá de agua potable a los 8 pueblos (que es como ellos están organizados de manera tradicional) y que llevará el vital liquido a 50 comunidades y 34 mil habitantes.

La inversión es importante, hablamos de poco más de 2 mil 265 millones de pesos, pero el significado es aun más relevante, se trata justamente de que ahora les toca acceder a servicios de calidad a quienes nunca les había tocado, lo que no deja de ser indignante y por supuesto paradójico.

La nación Yaqui que ha sido históricamente vilipendiada y explotada por los llamados “Yoris”, es decir la sociedad occidental, permaneció marginada del progreso que sí han disfrutado los habitantes de los municipios de Guaymas y Cajeme, a pesar de ser dueños de tierras y derechos de agua, lo que explica en mucho los desequilibrios que enfrentan los pueblos originarios de todo México.

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El gobierno de López Obrador ante la injusticia que han padecido los Yaqui, ideó en primera instancia el plan de justicia para atender la problemática de ese pueblo originario, que se ha desarrollado de manera intensiva en un periodo de 3 años, y que incluye esa obra que es fundamental para ofrecer calidad de vida, pero no es la única.

De hecho el punto culminante del Plan de Justicia Yaqui, está proyectado para que entre en operación plena la infraestructura del Distrito de Riego 018, mismo que les fue entregado en diciembre pasado.

Se les dotó de más de 30 mil hectáreas que fueron restablecidas a su territorio y ahora podrán disponer de superficies de riego y producción agropecuaria, que les permitirá un mayor grado de desarrollo económico y social.

Hay además intervenciones en vivienda, infraestructura, la creación de la Universidad del Pueblo Yaqui y una serie de acciones que lo que buscan es equilibrar e igualar en oportunidades a los integrantes de la tribu, a fin de que puedan recuperar el terreno perdido y sean capaces de integrarse a un tren de desarrollo que por siglos solo han visto pasar por los márgenes de sus comunidades.

Los montos son alucinantes, más de 16 mil millones de pesos se han invertido ya en ese plan, y está claro que era necesario.

Por muchos años se nos vendió en Sonora la percepción de que los Yaquis son pobres porque quieren, porque son borrachos o drogadictos o porque no les gusta trabajar, son flojos, no saben producir o no se saben organizar, por lo que —se nos dijo— era necesario que tuvieran la tutela de la sociedad blanca para dotarles de las cosas que necesitaban para mantenerlos en paz.

Eso sí, cada tanto un gobierno u otro que quería impulsar un proyecto decidía pasar por su territorio (estratégicamente ubicado por cierto), pretendiendo que los yaqui no lo defendieran.

Las condiciones de marginación y pobreza en que debieron vivir los yaqui son angustiantes, para cualquiera que pase por su territorio las carencias saltan a la vista y la falta de oportunidades de trabajo son notorias, no hay desarrollo de ningún tipo ahí y la perspectiva para cualquiera era trabajar para los grandes agricultores del cercano Valle del Yaqui o bien irse a trabajar en las maquilas en Guaymas o a Ciudad Obregón.

No deja de ser paradójico que el Valle del Yaqui, una de las zonas agrícolas más ricas del país, adopte su nombre de una nación originaria a la que explotó y a la que no dejó nada, con terratenientes que se apropiaron de su agua, sus tierras y su riqueza, hasta de su imagen y su nombre, sin hacer absolutamente nada por ellos, así eran las cosas en Sonora.

Y digo eran, porque este domingo 25 de febrero la justicia comenzará a materializarse y esta nación originaria podrá retomar un rumbo de dignidad que les fue negado por generaciones.

López Obrador, el presidente fundador de la llamada “Cuarta Transformación”, ha tenido un rol protagónico en esta historia y ha visitado ya en incontables ocasiones a los Yaqui, estoy seguro que él será recordado por ellos como un gran presidente, un hombre que se preocupó por su gente, por los pobres, los marginados y les llevó la justicia, que por increíble que parezca, nunca se había acercado a los pueblos de Sonora.

Lo mismo hace el presidente con la nación Comcaac (Seri) y con los Guarijíos, pero el modelo del Plan de Justicia Yaqui, está siendo calcado para llevarlo a las naciones originarias de todo el país.

El presidente López Obrador ha hecho por mi tierra, Sonora, lo que ningún otro presidente hizo en la historia de México. De hecho con sus 28 visitas lo que ha construido es un Sonora nuevo y vigoroso, protagonista del cambio y motor del nuevo crecimiento económico del país.

López Obrador nos prometió muchas cosas cuando pidió el voto de los sonorenses, nos dijo que haría que el bienestar de todos se cumpliera a partir de apoyar a los más pobres, dijo que buscaría desterrar la pobreza de una tierra rica como es la de Sonora.

Nos dijo que juntos haríamos historia. Lo logramos, hoy Sonora es otro estado, nuestra gente vive una nueva realidad.

Cómo no querer a nuestro presidente, cómo no estar agradecidos con él.

Ese es precisamente el tipo de historia nueva que queremos escribir, una historia de justicia, de éxito a partir de hacer por los que nada tienen y marcar la diferencia.

Ese es el tipo de legado que se espera de un gran presidente y en Sonora se sabe, es, ha sido y será para siempre un honor estar con López Obrador.

Correspondencia a demiandu1@me.com | X: @Demiandu

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