Exactamente el 15 de mayo de este año se realizó una ceremonia en la Cámara de Senadores de México, según, para reconocer el papel trascendente de los maestros de México. Este reconocimiento se inscribió en el muro de honor de esa cámara con letras doradas. De acuerdo al SNTE, organización que promovió la iniciativa, el acto se hizo como un reconocimiento social a los trabajadores de la educación. Tal vez el acto no esté del todo mal, lo malo estaría en el aprovechamiento político del mismo.

Ahí mismo, el senador Alfonso Cepeda Salas, autonombrado dirigente de este sindicato, declaró estar convencido de que los derechos de los trabajadores de la educación deben de defenderse. Muy ufano, el dirigente, dijo que: “en la lucha de las legítimas demandas y causas de las maestras y los maestros de México, no hay marcha atrás”. También declaró: “claro que sí se puede echar abajo el sistema de cuentas individuales: ningún maestro ni maestra merece un retiro ni vejez de zozobra y precariedad”. Encarrerado, puntualizó que promoverá y que seguirá trabajando para que exista: “un nuevo marco jurídico para el acceso, promoción, permanencia, estímulos y profesionalización que permita una carrera magisterial incluyente, transparente y equitativa. La USICAMM se va, sin duda”, concluyó.

Voy a resaltar otro aspecto inquietante del discurso. En algún momento afirmó que estaba conmovido pues, “a través de la historia, las maestras y los maestros han sido perseguidos, asesinados, desorejados, amenazados y objeto de sucias campañas de desprestigio”.

Es inconcebible el sesgo en su discurso del dirigente. Olímpicamente se refirió al pasado lejano e ignoró el pasado reciente. En tiempos el Elba Esther, mentora de Cepeda, el mismo SNTE pagó promocionales en la televisión comercial para decir a la sociedad que los maestros del SNTE eran buenos trabajadores y que los de la CNTE, grupo disidente, eran malvados y violentos. Es decir, los disidentes han sido objeto de campañas sucias orquestadas desde la misma dirigencia del SNTE. ¿Estaría escupiendo para arriba el senador en aquel evento dentro del Senado?

El 26 de agosto del 2002, La Jornada nacional hizo pública la denuncia de la disidencia magisterial en contra del exsecretario general, Carlos Jonguitud y en contra de Elba Esther Gordillo Morales, uno ex dirigente y la otra dirigente del SNTE en ese entonces, por una serie de crímenes achacados a ellos. Es decir, el SNTE ha sido señalado de asesinatos y de persecución infame en contra de sus miembros. En esa denuncia, el caso más emblemático era el asesinato del Prof. Misael Núñez Acosta, de la Sección del Valle de México, cometido por sicarios en 1981, en Lomas de Tulpetlac, Estado de México. Por cierto, desde entonces, siempre ha sido atribuido este crimen al cacicazgo dentro del SNTE. (La guerra sucia en el Magisterio, Luis Hernández Navarro, 2021.)

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Pero, además, la disidencia también ha denunciado el asesinato del profesor Pedro Palma, en 1982, de la Sección XV, en Pachuca, Hidalgo. Crimen cometido por vanguardistas (huestes de Carlos Jonguitud, ex dirigente del SNTE).

En esos años, bajo el dominio formal de Jonguitud (1974–1989), más de 3 mil docentes, según la disidencia, fueron cesados en el Valle de México por oponerse a Vanguardia Revolucionaria, grupo que desde 1972, a través de un testaferro, se había apoderado del SNTE a punta de pistola. Vanguardia Revolucionaria fue creada por Jonguitud y fue usada con violencia para controlar.

En ese esquema, violento y corrupto, fue donde creció políticamente Elba Esther, mentora de Cepeda. De esa actitud violenta y hasta criminal (según la CNTE) de los dirigentes del SNTE poco sabe la sociedad y parece ser que lo ha olvidado el senador Cepeda pues en ningún momento, en su discurso, incriminó a los cacicazgos del SNTE sobre lo mismo que denunciaba.

Además, la disidencia, en voz de ellos, contabilizaba solamente en Oaxaca, fortaleza de la CNTE, que entre 1979 y 1997 se cometieron más de 50 crímenes en contra de igual número de docentes, asesinados todos ellos, por haber sido opositores al dominio de Jonguitud y de Gordillo Morales en el SNTE. Olvido conveniente del dirigente en ese 15 de mayo.

No obstante, sus declaraciones del dirigente debemos de enmarcarlas en el contexto actual. En estos días la CNTE acaba de cumplir su amenaza de plantarse de manera indefinida en el Zócalo de la capital y, según sus planteamientos, no se van a ir hasta que consigan sus demandas. Entre la principal, está tumbar la Ley del ISSSTE del 2007.

De no ser escuchados, es posible que se esté llegando a esa línea delgada que marca la división entre permanecer o decidirse por la ruptura de miles de maestros con un movimiento que inició el ex presidente y que prometía devolverles sus derechos arrebatados por el neoliberalismo. Y es que pareciera que muchos funcionarios no han entendido o no han interpretado correctamente la enorme irritación del magisterio al ver la corrupción galopante, igual que antes, producto de los oscuros acuerdos SEP SNTE: verbigracia la USICAMM.

Toda esa corrupción y agravios al magisterio, cometidos ahora por un movimiento que dijo que los iba a reivindicar, así como las demandas públicas de la CNTE, está funcionando como si se tirase un cerillo encendido en medio de montones de yesca.

En esta jornada de lucha, el movimiento de la CNTE está logrando mover a muchos contingentes que hasta hace poco se creía que estaban totalmente controlados por el SNTE. Pareciera que a Cepeda, y a sus operadores, les están saliendo mal sus cálculos. Solo así se explica el tipo de declaraciones que hizo el dirigente en su discurso en la tribuna del Senado. Rescatemos lo más emblemático de lo que dijo el dirigente, excluyendo lo que ya se analizó sobre un párrafo anterior: hizo alusión a la lucha ante las legítimas demandas de los trabajadores. Pero el concepto sonó atípico en la voz de quien, por décadas, él y su grupo, han dicho que los logros se consiguen con negociación ante el gobierno, léase entreguismos. El concepto de lucha es una bandera histórica de la CNTE y no del SNTE.

Peor todavía. El dirigente prometió de que con esa lucha se pueden cancelar las cuentas individuales, concepto central de la ley del ISSSTE del 2007 y concepto central que busca echar abajo la lucha de la CNTE. Según se notó, el dirigente alzó la voz para condenar a la USICAMM y prometer que el SNTE pasará sobre sus ruinas de esa arbitraria oficina.

Ante lo anterior, podríamos inferir que al dirigente le llegó un halo de vergüenza ante lo que no han hecho ellos pues la reforma a la ley del ISSSTE del 2007, contó con la anuencia de la dirigencia del SNTE; dirigencia de la que Cepeda era parte. Sin perder de vista que la USICAMM del 2019, se aprobó con su consentimiento de los dirigentes del SNTE y, ante los abusos, ellos permanecieron como momias.

La otra posibilidad es que sus declaraciones de Cepeda sean únicamente un oportunismo político para pretender retener a miles de trabajadores que ven con simpatía la lucha de la CNTE. O peor todavía. Es posible que sus declaraciones sean únicamente cinismo puro.

Mtro Juan Durán Martínez

Docente de escuela pública, Puebla.

Correo: escribidoretica@gmail.com