Veamos un balance económico, político y social del año que termina y las perspectivas de 2024 en cuatro ámbitos.

Económico

En el ámbito humano global, el homo sapiens continúa siendo el mismo: en guerra permanente contra los otros (Rusia-Ucrania e Israel-Palestina y una decena de conflictos más) y contra sus propios intereses vitales (sin acuerdos efectivos sobre cambio climático y nuevas energías).

En tanto, la mayor riqueza material se produjo en Asia y países emergentes, seguida de África y en el fondo la Unión Europea, Estados Unidos, México y América Latina, aunque la suma de la producción en las regiones del mundo occidental equivale al total asiático.

En el litigio entre China y Estados Unidos la distancia siguió siendo importante a favor de este último, si bien se mantuvo y continuará el liderazgo asiático en la mayoría de los indicadores tecnológicos, el de inteligencia artificial no está definido.

En la región latinoamericana, la recuperación post pandémica avanzó, pero los números fueron y serán insuficientes para una demografía joven y en crecimiento que expulsa mano de obra e intelecto y, por ende, conflictúa el entorno a la vez que descapitaliza a sus respectivos países de origen.

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En México, la economía mostró estabilidad macroeconómica y se creció casi 3.5% con un peso fuerte, ligero superávit comercial de 600 mdd, récord en remesas por arriba de 35 mil mdd, otro tanto de inversión extranjera y petroprecios al alza, incremento positivo del 20% al salario mínimo y distribución de subsidios directos a grupos vulnerables.

También se aprecia ligera inflación (4.5%), alta informalidad (55% o 31 millones de personas) y baja productividad, además de que el presupuesto federal 2024, de poco más de 9 mmdp, envuelve endeudamiento por 1.4 billones de pesos, casi 4.1% del PIB.

Con esos datos, en 2024 no se vislumbran nubarrones en el horizonte.

Político

En el tablero global, las dos guerras en curso: Rusia-Ucrania e Israel-Palestina han favorecido a Estados Unidos y China, por lo tanto, a América Latina, a la vez que perjudican a una Europa envuelta en problemas en esta fase de la competencia y reconfiguración del mapa internacional.

El dominio político de Xi (China) y Putin (Rusia) desde sistemas sin competencia mostró una vez más las tensiones propias de los sistemas políticos y sociales de las democracias pluralistas (España o Estados Unidos) y las dificultades para procesarlas, lo que siguió alimentando opciones ultraconservadoras, sobre todo por la selección de políticas basadas en la identidad y el nacionalismo (Italia, Suecia y Holanda, pero también Francia, Alemania o Austria).

Elecciones en países de los 5 continentes, incluidos Rusia, Indonesia, la Unión Europea o Estados Unidos involucrarán a la mitad de la población mundial durante el año que empieza.

En América Latina, el escenario luce equilibrado entre las dos principales opciones ideológicas en pugna pues de los 17 países de la región (sin Cuba, Nicaragua y Haití) en ocho se mantuvo, triunfó o se repuso la derecha (Panamá, Costa Rica, República Dominicana, Uruguay, Perú, Paraguay, Ecuador y, el más reciente, Argentina), en tanto que la izquierda continuó o accedió al poder en nueve: México, Bolivia, El Salvador, Honduras, Brasil, Colombia, Chile, Venezuela y, recién, Guatemala.

En 2024, la izquierda podría regresar al poder en Uruguay, Panamá o República Dominicana y continuar en El Salvador y Venezuela... En el caso de México, de acuerdo con el Latinobarómetro 2023 y diversos sondeos de opinión, persisten la preferencia y tendencia hacia la izquierda, pese al debate sobre su sub desempeño gubernamental en seguridad y salud. Se espera, si no aparece algún “cisne negro”, que esa opción renueve la presidencia de la república y obtenga diversas mayorías en espacios legislativos y de gobierno local.

Social

El dato duro es que más de 1 mil de los poco más de 8 mil millones de seres humanos yace en pobreza multidimensional aguda, la mayoría en África subsahariana y Asia meridional.

Al mismo tiempo, los casos exitosos de India y China revelan que sí es posible sacar a millones de personas de la pobreza en menos de una década.

No obstante, en la distribución global, una minoría de 26 personas atesora lo que más de 3,600 millones de seres humanos y la mitad de la riqueza global, mientras que el resto de la minoría no pobre se disputa los estratos alto y medio. La mayoría de este sector se ubica en regiones del norte, hacia dónde se dirige la migración económica del sur.

América Latina sigue estacionada como la región más desigual y violenta del planeta y eso no cambiará en los doce meses que vienen.

En violencia y crimen, el fenómeno Bukele de El Salvador, que ha reducido la tasa de homicidios de la más alta a una de las más bajas en un lustro con base en políticas drásticas que incluyen 70 mil personas encarceladas o más del 1% de la población de ese país, no parece replicable o deseable en otros países.

Ahora bien, México transitó de la economía 15 a la número 12 del mundo, según mediciones del Fondo Monetario Internacional a partir del parámetro del Producto Interno Bruto, pero 50 de sus 130 millones de pobladores sufren de algún tipo de pobreza, ya sea de ingresos o de algún bien o servicio básico.

En general, las mujeres, infancias, juventudes y personas selectas, indígenas y otras minorías padecen más pobreza y violencia.

Además, México sigue experimentando una grave crisis de seguridad y Estado de derecho (corrupción, impunidad e injusticia), lo que se halla bajo análisis crítico y motiva nuevas propuestas y acciones en el marco del proceso electoral de 2024.

Adiós al año viejo. Bienvenido 2024.