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La reforma al poder judicial propuesta por el gobierno de la Cuarta Transformación (4T) y avalada por la presidenta electa Claudia Sheinbaum Pardo ha sido cuestionada por calificadoras y bancos internacionales que ven en estás modificaciones a la impartición de justicia un riesgo ya que podría afectar negativamente al país en materia económica, política y social.

Las dos instituciones financieras que han externado su desacuerdo con la iniciativa para que cambien las leyes en materia de justicia en la nación azteca son firmas desprestigiadas, con muy poca ética y cuestionable honradez que han sido en parte culpables de crisis económicas que han afectado a la economía de varias partes del mundo y dejado sin empleo a millones de personas, además de que parecen estar al servicio de los más grandes corporativos del orbe.

La agencia calificadora Fitch Ratings explicó hace unos días que la aprobación de la reforma judicial podría tener efectos negativos para México y que esto podría ser motivo de que se bajara la calificación de la deuda soberana del país.

La calificadora internacional destacó en su más reciente reporte que lleva por nombre ‘Agenda, desafíos y oportunidades de la presidenta electa de México, Sheinbaum’ que ”La estrategia fiscal y las reformas de gobernanza del gobierno de Sheinbaum serán factores clave para la calificación de México”.

Fitch agrego en su informe que “creemos que las reformas propuestas afectarían negativamente el perfil institucional general de México, pero la gravedad de su impacto podría quedar más clara una vez que se aprueben e implementen”.

Por otro lado, el banco de inversión Morgan Stanley bajó su recomendación para invertir en México ante el riesgo de que se apruebe las modificaciones a la administración de la justicia, con lo que impactó en sus recomendaciones sobre acciones de empresas que cotizan en la Bolsa Mexicana de Valores.

Morgan Stanley explico en su informe que bajaron “la calificación de México a underweight (subponderado) tras la propuesta de reforma judicial que el ejecutivo envió al Congreso, la cual creemos presenta riesgos para la narrativa de inversión del país. Bajamos el peso de posiciones clave en el país como Walmex, Femsa y Coca-Cola Femsa, y eliminamos Kimberly Clark México, Laureate y Qualitas”.

Según la firma estadounidense se bajo la calificación del país azteca después de la propuesta por parte del presidente Andrés Manuel López Obrador de una reforma al poder judicial, ya que un cambio de esta proporción debería aumentar las primas de riesgo de México y limitar el gasto de capital.

Sería bueno recordar que las calificadoras de riesgo son agencias privadas que analizan los activos de empresas y Estados-nación, además de realizar estudios que indican el riesgo crediticio de una entidad o emisión de títulos con el fin de facilitar a los inversionistas la toma de decisiones a la hora de colocar sus recursos. Estas empresas son contratadas para calcular el riesgo de inversión en un producto financiero cualquiera (acciones en empresas, compra y venta de bonos).

Los orígenes de las agencias de calificación se remontan a la segunda mitad del siglo XIX, cuando se produjo en Estados Unidos una enorme expansión y desarrollo económico, sobre todo de las compañías de ferrocarriles, que captaban los recursos necesarios mediante la emisión de bonos. Como los inversores necesitaban conocer la situación financiera de tales empresas, recurrían a entidades especializadas, y lo que en sus inicios sólo fueron informes financieros acabaron convirtiéndose en estudios sobre la valoración y calificación crediticia. Dos de las agencias surgidas en aquella época fueron Standard & Poor’s Corporation (fundada en 1860) y Moody’s Investors Service Inc. (creada en 1900), y después se creó la firma Fitch la cual fue fundada por John Knowles Fitch en diciembre de 1913 en Nueva York como Sociedad Fitch Publishing.

La calificadora Ficht se combinó con IBCA Limited con sede en Londres, en diciembre de 1997, y es de propiedad mayoritaria de Fimalac, una sociedad holding francesa.

Las empresas calificadoras de riesgo establecen parámetros y fórmulas que le permiten saber a un país o una empresa sus capacidades de pagar o no pagar. Es decir, su estabilidad económica y financiera de acuerdo al valor de sus activos, reservas, gastos, inversiones, etc. Estas fórmulas parámetros son de fácil manipulación, para chantajear y sacar ventaja.

Hay varios ejemplos de la manipulación, de los datos que tienen las agencias calificadoras, entre las que destacan: la crisis hipotecaria (subprime) del 2008 en los Estados Unidos, cuando las acciones inmobiliarias de Lehman Brothers tenían calificación AAA, por parte de las tres más grandes calificadoras del mundo. Durante la corrida bancaria se demostró que dichas acciones eran activos basura, no valían nada en la economía real.

La crisis hipotecaria de los Estados Unidos hizo que los precios de los activos inmobiliarios se desplomaran, lo que provocó que muchas familias perdieran su casa ante la imposibilidad de poder pagar el crédito, además los fondos de pensiones que invirtieron en los bonos hipotecarios, vieron mermados sus recursos, dejando a muchos trabajadores sin jubilación y la quiebra de bancos como Lehman Brothers.

Este evento fue la peor calamidad financiera desde 1930. Durante los 19 meses que duró se perdieron 8.7 millones de empleos, más de la mitad de los adultos vio perder su trabajo, recortado su sueldo o forzado a trabajar reduciendo su horario laboral. El consumo y el producto interno bruto se contrajo por la escasez de crédito y el incremento del costo de los préstamos.

El que una entidad financiera como Fitch y pese a su desprestigió baje la calificación de la deuda soberana mexicana tiene serias implicaciones como son que le aumenten las tasas de interés de los créditos que se soliciten y que si quiere colocar nueva deuda en los mercados esta tendrá que tener un premio muy alto para los inversionistas y seguramente tendrán una menor demandada.

El banco de inversión Morgan Stanley, también estuvo implicado en la crisis hipotecaria del 2008 que provocaron que mucha gente perdiera su vivienda, empleo y pensión de retiro.

Morgan Stanley: fue también promotor de la crisis subprime por realizar operaciones de alto riesgo, lo que llevó a la empresa al borde de la quiebra. Para no llegar a la bancarrota, el FED autorizó a la institución financiera para que dejara de ser un banco de inversión y se convirtiera en un banco comercial, al igual que Goldman Sachs.

Hay otros escándalos financieros en los que han estado metidos estas dos firmas como es el fraude de Enron en California en el 2002 que esquilmo a los consumidores de electricidad de esa parte de los Estados Unidos

Calificadoras y bancos internacionales a pesar de su desprestigió, nula ética y su poca imparcialidad, parecen haberse unido al nado sincronizado con la oposición a la administración federal, a organismos empresariales nacionales y extranjeros, y los gobiernos de los Estados Unidos y Canadá todos en defensa del ineficiente e injusto accionar del poder judicial mexicano actual, que afecta la economía y el bienestar de los habitantes del país.

La calificadora Fitch y el banco de inversión Morgan Staley, son dos firmas con un gran desprestigio que no deberían estar amenazando e interviniendo en las políticas económicas del gobierno de México.