En mi colaboración anterior (Educación, pensamiento creativo y formación docente), me referí a la evaluación del pensamiento creativo que realizó la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), y que fue aplicada a través del Programa Internacional de Evaluación de Estudiantes (PISA), en su versión de 2022, y cuyos resultados se dieron a conocer en diciembre de 2023, en una primera parte, (problemas sobre comprensión lectora, pensamiento matemático y pensamiento científico), y el 18 de junio pasado en la parte relacionada con el pensamiento creativo, con situaciones cognitivas diseñadas para estudiantes de 15 años, de 64 países.
También, en la colaboración anterior incluí información breve sobre la definición que el equipo de educación de la OCDE ha hecho pública mediante sus reportes, así como los criterios de la competencia creativa y los contextos en que se ha llevado a cabo la evaluación de los procesos creativos en estudiantes de secundaria o educación media superior. Ésta es la definición de pensamiento creativo, en pocas palabras, que propone PISA en el estudio en cuestión: “la capacidad de los estudiantes para producir ideas originales y diversas.”
Las capacidades y habilidades creativas se expresan en distintos ámbitos sociales como las artes, las ciencias, las aplicaciones tecnológicas, el comercio, la política, la industria grande, media o pequeña y, por supuesto, en la vida cotidiana, entre otros contextos.
En esta oportunidad comento algunos resultados y los hallazgos reportados en los estudios y evaluaciones realizados por el organismo internacional, del que México es miembro.
Hallazgos de la OCDE sobre pensamiento creativo, 2022
La OCDE afirma que “Situar tareas de pensamiento creativo en diferentes contextos de dominio tiene varias ventajas en el contexto de la evaluación PISA, en términos de apoyar con capacidades y habilidades creativas a la resolución de problemas.”
Singapur, Corea, Canadá, Australia, Nueva Zelanda, Estonia y Finlandia fueron los sistemas educativos cuyos estudiantes resultaron con mayor rendimiento en la primera evaluación del pensamiento creativo realizada en el marco de PISA de la OCDE.
Los resultados de la evaluación global, administrada en 2022, para comprender mejor las habilidades de los estudiantes de 15 años en 64 países y economías de todo el mundo, muestran que los estudiantes de sistemas educativos de alto rendimiento no sólo están teniendo éxito en pruebas estandarizadas de matemáticas, lectura y ciencias, sino que también en nuevas pruebas de pensamiento creativo.
¿Eso qué significa? ¿Cómo interpretar esos datos? ¿Las condiciones económicas favorables promedio de una sociedad constituyen el factor clave para entender el desarrollo de los procesos creativos? ¿Qué papel juegan los sistemas educativos, los planes y los programas, la formación de docentes y directivos escolares, y el trabajo cotidiano en las aulas de la educación básica en relación con estos resultados?
“Este estudio de PISA 2022 (Volumen III) encontró que los estudiantes de entornos desfavorecidos obtuvieron puntuaciones significativamente más bajas que otros estudiantes en pensamiento creativo, atribuido tanto al entorno desafiante en el que viven muchos de estos estudiantes como a los planes de estudio de escuelas de bajos recursos, que a menudo están dejando de lado las actividades y prácticas creativas. La evaluación también encontró que existe una brecha de género en el pensamiento creativo en la mayoría de los sistemas educativos, y que las niñas superan a los niños en todo tipo de tareas de pensamiento creativo.”
“Las diferencias de desempeño entre niños y niñas no pueden explicarse únicamente por el desempeño de las niñas en las áreas centrales de PISA. Si bien las niñas obtuvieron resultados relativamente mejores que los niños en lectura y se desempeñaron a un nivel similar al de los niños en matemáticas, la ventaja de desempeño de las niñas en pensamiento creativo siguió siendo significativa en aproximadamente la mitad de todos los países y economías, incluso después de tener en cuenta el rendimiento en lectura o matemáticas.” (Resultados PISA 2022, Volumen III. Mentes creativas, escuelas creativas).
Una de las cuestiones que se han criticado de las evaluaciones desarrolladas por la OCDE es el enfoque economicista que prevalece en sus fundamentos e indagaciones. En el fondo, el interés de los dueños del gran capital internacional es identificar los potenciales cognitivos y creativos de las y los jóvenes, que se generan en distintas naciones y en diferentes sistemas económicos; aparte de ofrecer diagnósticos sobre los avances o retrocesos de los sistemas educativos nacionales, en términos de formación y aprendizajes escolares.
“Dotar a las generaciones más jóvenes de las habilidades adecuadas para la creatividad, la innovación y la adopción de tecnología digital será clave para abordar los impactos y aprovechar las oportunidades de las transformaciones en curso, desde el envejecimiento de la población y el retraso en el crecimiento de la productividad hasta el surgimiento de la Inteligencia Artificial (IA)”, afirmó la OCDE.
¿Qué podríamos aprovechar, como nación, de los resultados de estas evaluaciones internacionales sobre pensamiento creativo? Me parece que con este modelo de evaluación de capacidades y habilidades cognitivas se abordan algunas de las “competencias transversales” que pueden desarrollar las y los estudiantes de educación básica, media superior y superior, no necesariamente para impactar y reducirse a entornos laborales, sino para desarrollar los aprendizajes a lo largo de la vida.
Sin embargo, no se trata de que las y los estudiantes sólo resuelvan problemas sobre situaciones de comprensión lectora o fenómenos científicos, humanísticos o tecnológicos, si es que quisiéramos extrapolar estos resultados hacia los cambios curriculares, sino también que las y los alumnos propongan o diseñen situaciones problemáticas para ser resueltas por ellos mismos y por sus colegas (pasar del papel pasivo al papel activo en las dinámicas de resolución de problemas).
Reitero mi preocupación desde una perspectiva de políticas públicas educativas para México con la siguiente pregunta: ¿cómo se podrían recuperar, previo análisis por parte de la sociedad, los estudios recientes sobre el pensamiento creativo y crítico (además de los que ha publicado la OCDE), para enriquecer en este ámbito la formación de los futuros docentes de educación básica, en las escuelas normales, en la Universidad Pedagógica Nacional y en los Centros de Actualización del Magisterio?
Al mismo tiempo, y para terminar este comentario, me preocupan los manejos informativos poco profesionales y escandalosos, que han dado a conocer algunos medios de comunicación convencionales y digitales nacionales en días recientes, porque es fácil decir que “las y los estudiantes mexicanos se ubican por debajo de la media de los países miembros de la OCDE” en la referida evaluación de pensamiento creativo, sin embargo, no se explica por qué sucede esto y en que condiciones sociales.
Será conveniente que en siguientes ediciones de este tipo de evaluaciones u otras que se lleven a cabo, independientemente de la OCDE, el manejo de la información sobre estos temas educativos y de la psicología cognitiva se haga de manera más responsable y profesional tanto por parte de los medios de comunicación como de la sociedad en general.
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