Así es estimados lectores, la industria aeronáutica está enfrentando una turbulencia que puede volverse severa. Ninguno queremos que suceda, pero las condiciones que hoy se asoman, no son menores, y mucho menos podemos ignorarlas, cerrando los ojos, como si no existieran. Comencemos con la zozobra en la que sigue Volaris. La aerolínea que comanda Enrique Beltranena está enfrentando un gran descontento manifestado cada vez con más fuerza dentro de la base trabajadora.
Los empleados de dicha compañía aérea parecen haber llegado a un límite y están hartos de los maltratos que los directivos les infligen. No solo es el cansancio de los tripulantes -ya hemos hablado largo y tendido las condiciones en las que se encuentran laborando-, también el personal de tierra está harto de ser explotado.
Hasta mí han llegado múltiples quejas del personal de tierra, que debe suplir labores para las que no fueron contratados, ya que la compañía aérea no cuenta con personal propio de rampa. La empresa de “outsourcing”, ahora reclasificada como empresa de “servicios especializados” SwissPort es la encargada de proporcionar ese servicio, pero también enfrenta sus propios demonios: una tasa altísima de rotación de personal y la falta de trabajadores suficientes. Los empleados de tráfico se ven en la necesidad de realizar trabajos de rampa ante la falta de personal.
Ahora se preguntarán, ¿y por qué falta personal de rampa de SwissPort? Pues son tan bajos los salarios y malas las condiciones laborales, que prefieren dejar estos trabajos.
Estamos hablando de dos empresas diferentes con descontento por las condiciones laborales.
A este sabroso caldo turbulento, añadamos el caso de los trabajadores de Aeroméxico Sistem, quienes no están de acuerdo con su sindicato, y la más recién gota que derramó el vaso: el reparto de utilidades (PTU).
El Sindicato Independencia que lidera Tomas Del Toro, tiene como agremiados a los trabajadores de Sistem. Ellos están más que enojados porque no se sienten representados por su sindicato, motivo por el cual están decididos a dejar dicho sindicato; incluso están dispuestos a conformar un nuevo sindicato que sí los represente.
Más menos es el mismo caso que los trabajadores de Volaris, bajo la tutela del Sindicato de Trabajadores de la Industria Aeronáutica, Comunicaciones, Similares y Conexos de la República Mexicana (STIA), administrado por la familia Romo. Los trabajadores están muy molestos, tanto con la empresa como con su sindicato.
Si no queremos angustiarnos, podríamos decir que son casos “aislados”; pero no es así, y ustedes deben saber que al interior de la Industria hay más trabajadores afiliados a otros sindicatos quienes tampoco están muy contentos con los resultados. Podemos mencionar a los trabajadores de Magnicharters, Tar, TechOps, Aeroméxico Connect, tan solo por mencionar a algunos.
Hoy por hoy los sindicatos son una de las grandes incógnitas que rondan a la nueva línea aérea del Estado. No ha quedado claro si los trabajadores tendrán uno, varios o ningún sindicato que los represente.
Desde hace un par de meses, entre los ex trabajadores de las aerolíneas que por diversas circunstancias han dejado de operar, han estado rolando múltiples “convocatorias” para formar parte de esta nueva aerolínea del Estado. La duda que en lo personal me surge es ¿qué pasará con los ex trabajadores de Mexicana, si “se cae” la venta? Se supone que ellos tienen prioridad de contratación.
Y bueno, este escenario debe considerarse ya que la cereza del pastel de esta turbulencia es el eventual retiro de la propuesta del Gobierno Federal de comprar la marca y los bienes de Mexicana de Aviación.
Durante la Conferencia de Prensa que se llevó a cabo en la sede sindical de la Asociación Sindical de Sobrecargos de Aviación, ninguno de los sindicatos -ni de las agrupaciones de trabajadores- hizo mención alguna sobre la compra que el Gobierno de la 4T realizó el pasado 11 de mayo, al edificio de Mexicana de Aviación, ubicado en la ciudad de Guadalajara.
La información publicada en El Heraldo de México bajo el título “El gobierno compra el primer edificio en Jalisco” no se menciona a quién se lo compró, pues hasta donde sabemos existe una suspensión provisional.
El interés sobre este inmueble es porque en dicho lugar la Agencia Federal de Aviación Civil (AFAC) va a habilitar una Unidad Médica, una de las 6 que se supone se sumaron este 15 de mayo, para un total de 12 unidades en todo el país.
Este edificio tiene una superficie total de construcción de más de 6 mil metros cuadrados, repartidos en tres pisos para estacionamiento y seis pisos más para uso de oficinas. Su ubicación es más que excelente: se encuentra en avenida Mariano Otero 2353, en la colonia Valle Verde.
La información que da este medio es que la transacción fue de 162.4 millones de pesos. Esto sucedió un día después del día de las madres ¿cómo es posible que los sindicatos no dijeran nada sobre esta compra-venta? Si la conferencia fue el 25 de mayo, pasaron 14 días.
¿Quién autorizó dicha compra-venta? ¿acaso el síndico, Alfonso Ascencio Triujeque ya recibió ese dinero? ¿O quién lo recibió? Este lunes habrá asamblea con el sindicato de sobrecargos para hablar con nosotros del “ultimátum” que nos dio el gobierno para decidirnos a vender. La fecha fatal está prevista para el próximo 5 de junio.
Como se pueden percatar, hay muchos motivos para tener a la vista puesta en una serie de turbulencias dentro de la industria aeronáutica. De nada nos sirve cerrar los ojos y fingir que no existen o que solitas desaparecerán.