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La escasez de agua está afectando a gran parte de la población mexicana debido a problemas de sobreexplotación de acuíferos, contaminación de cuencas hídricas, prolongadas sequías, inequidad en el acceso del vital líquido, así como problemas de gestión, administrativos y financieros para el mantenimiento, falta de mejora a la eficiencia de la infraestructura de presas, Plantas de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR), acueductos y redes de distribución.

En la actualidad 21.3 millones de mexicanos carecen del servicio público de agua y 28.9 millones de personas en el país no cuenta con un servicio público de drenaje, esto debido a una ineficiente inversión pública en infraestructura hidráulica de los últimos años que se acentuó sobre todo con los gobiernos llamados neoliberales.

Las presas que están en territorio nacional revisten una gran importancia para aminorar el estrés hídrico que hay en la mayor parte de México ya que esta infraestructura que son estructuras hidráulicas de grandes dimensiones que permiten almacenar o retener agua para aprovecharla en actividades como el riego, el consumo humano, la generación de energía eléctrica, control de inundaciones entre otras, no han tenido un manejo adecuado durante muchos años y la falta de presupuesto para su mantenimiento ha disminuido su eficiencia.

México cuenta en la actualidad con más de 5 mil presas, bordos y represas, siendo que de las 806 presas que hay en el territorio del país azteca 210 almacenan el 80% de la capacidad hídrica y esta infraestructura para el almacenamiento que acapara la mayor parte del vital líquido se encuentra en el sur del territorio.

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A principios del pasado mes de julio el acopio total de las 210 grandes presas de México registró una reducción en su almacenamiento al pasar de 52,583 millones de metros cúbicos (Mm3) a 52,058; éste último dato representa el 41% de llenado.

En el sexto mes de este año los niveles de los embalses del Sistema Cutzamala (El Bosque, Valle de Bravo y Villa Victoria), que abastecen al Valle de México, tuvieron una leve disminución por lo que hay preocupación de que haya un mayor deterioro en la distribución de agua potable para los hogares de la capital del país y su zona conurbada.

De manera específica, la presa El Bosque está en el 31.3% de llenado, con 63.26 Mm3, es decir, tuvo una disminución de 0.9%, Villa Victoria está en 19.4% con 36.01 Mm3, lo que indica que bajó 0.1%, y Valle de Bravo se encuentra en 37.8% con 149.01 Mm3, lo que representa una reducción de 0.5 por ciento.

Para el buen funcionamiento de las presas, represas y embalses se requiere mantenimiento de desazolve, dragados y reforzamiento técnico. Cálculos de la Cámara de Diputados hablan de que es necesario un presupuesto de 4,500 millones de pesos para el 2025 para que esta infraestructura funcione con mayor eficiencia.

Las plantas de tratamiento de aguas residuales son de vital importancia ya que esta infraestructura se encarga de recoger el vital líquido ya utilizado por la población o sector industrial y eliminar sus sustancias contaminantes; el objetivo de dicho proceso es devolver este recurso al ciclo del agua, ya sea mediante su vertido a los cauces hídricos o bien para su reutilización en actividades como la agricultura, la industria o la minería.

Las PTAR también reducen el riesgo de inundaciones en zonas urbanas de aguas negras.

En la actualidad México cuenta con 3,960 plantas de tratamiento de aguas municipales, de estas 1,249 requieren rehabilitación y/o adecuación, 1,318 están fuera de operación por lo que 29.6 millones de mexicanos están sin cobertura de alcantarillado público esto según datos de la Encuesta Nacional de Ingreso y Gasto de las Hogares del 2020.

El diputado federal Juan González Lima de la fracción parlamentaria del Partido Verde Ecologista de México (PVEM) habla de que la inversión en infraestructura hidráulica para recuperación del vital líquido, mejoramiento de la distribución del recurso, así como uso eficiente del bien es de al rededor de 86 mil millones de pesos durante ocho años.

“Cuando se hicieron las grandes obras hidráulicas en México destinaba 15.7% del presupuesto federal, tal como sucedió en el México de 1946, en 2022 destinó el 0.43% (Orive Alba, 1960; PEF,2022)”.

Los recursos financieros que se requieren se usarían para el mantenimiento y creación de presas, represas, tecnificación y aumento de los distritos de riego (riego por goteo, monitoreo de la red en tiempo, reconversión de cultivos) unidades de riego, distritos de temporal tecnificado, plantas de tratamiento de aguas residuales, reparación de acueductos y de la red de tuberías para evitar las fugas del agua potable en todo el país, revisión de las concesiones de agua al sector privado y una campaña para sensibilizar a la población en el uso eficiente del vital líquido, así como de su cuidado.

El aumento del presupuesto también serviría para contar con un mercado secundario del bien hídrico con la reutilización y venta de las aguas residuales para uso agrícola con el vital líquido enriquecido, así como para el uso del recurso para la minería e industriales, pero para llevar a cabo esto hay que invertir en Plantas de Tratamiento de Agua Residuales.

Las pérdidas en las redes de agua potable del país son del 47% en promedio por lo que es urgente invertir para evitar fugas del recurso.

El gobierno de la Cuarta Transformación está invirtiendo recursos para la infraestructura hídrica como es el dragado de las presas que están en Tabasco y Chiapas, así como en la construcción de la presa Libertad en Nuevo León y la Santamaria en Sinaloa, además de acueductos en Coahuila y el noreste del país.

La Comisión Federal de Electricidad (CFE) formalizó hace unos días un crédito de largo plazo por un monto total de 333.6 millones de dólares con la garantía de la Agencia Multilateral de Garantía de las Inversiones (MIGA, por su sigla en inglés) del Grupo Banco Mundial, para financiar los trabajos de rehabilitación y modernización de siete centrales hidroeléctricas; esto con el fin de crear una mayor cantidad de energía eléctrica limpia y renovable sin necesidad de quitar agua de las presas y darle un mejor uso a estas.

Existe la necesidad de aumentar los recursos financieros y técnicos para mejorar el uso y abastecimiento del vital líquido ya que este bien es necesario tanto para el consumo humano, la producción de alimentos y procesos industriales.